Danilo Cruz Pichardo
A través de la multimillonaria inversión gubernamental en publicidad se publican datos falsos, que consisten en decir que Luis Abinader ganaría las elecciones de 2024 en todos los escenarios. Es un imposible, desde el punto de vista científico, vaticinar a esta fecha el comportamiento de los electores en un certamen que se celebraría dentro de un año y siete meses. Ni Nostradamus en su tiempo.
Una encuesta que cumpla con los rigores científicos apenas es el retrato del momento en que se hace. Nunca predice el futuro, porque las circunstancias políticas suelen evolucionar constantemente. A veces los números varían en cuestión de días.
En Brasil, por ejemplo, a raíz de los resultados de primera ronda, algunos medios señalaron que las firmas se equivocaron, al establecer que Lula obtendría el 50% y terminó sacando un 48.4. Posiblemente pasaron varios días entre la investigación y los comicios. Hay que observar que después de hacerse la pesquisa los datos hay que organizarlos y realizarse el informe o redacción final. Además, el margen de error puede rondar –y estaría dentro de lo normal-- el tres por ciento. Y ese tres por ciento puede ser hacia arriba o hacia abajo.
En el caso dominicano, respecto a las encuestas, hay que precisar lo siguiente: ninguna firma de investigación de opinión (de reconocido crédito y prestigio) está publicando encuestas. Me refiero a Gallup Dominicana, Hamilton, Greenberg, Mark Penn/Stagwell y otras. Se dice que hay acuerdo entre Gobierno y los dueños de medios que pagan esas investigaciones. No es un secreto que los gobiernos gozan de mucha consideración de los propietarios de los medios tradicionales.
Mientras se produce ese vacío informativo, para saber realmente como anda la correlación de fuerzas políticas, hay que precisar que no merecen crédito alguno lo que digan Asisa Research ni el Centro Económico del Cibao, pues una se quemó con el PLD y la otra con Luis Abinader.
Sin embargo, lo que agrava el crédito de los datos gubernamentales, en el sentido de que Luis ganaría en todos los escenarios, es que no ofrece nombre de firma. Es un disparate elaborado en escritorio, se divulga en todas las redes sociales, se oferta percepciones y algunos creen el engaño. La idea no es mala desde los intereses de Abinader.
La verdad es que Abinader está en una situación muy desfavorable, por el alto costo de la vida, la abusiva tarifa eléctrica, el tema haitiano, el acuerdo político a cambio de impunidad, que amarra al Ministerio Público, la creciente criminalidad y las promesas presidenciales incumplidas, las cuales aparecen en múltiples videos que se ven en las redes sociales.
Esos datos lo obtiene el suscrito a través de alguien que hace investigaciones para un grupo empresarial. Y en su último levantamiento Luis Abinader aparece con un 34%, Leonel Fernández con un 29% y Abel Martínez con un 18%.
Luis Abinader no es candidato. Tiene que someterse a unas primarias con Ramón Alburquerque y con Guido Gómez Mazara, pero la mayoría de las investigaciones excluyen a estos dos aspirantes presidenciales perremeístas, lo que constituye un grave error técnico, el cual afecta el carácter científico de la investigación.
De todos modos, si asumimos como válido el 34 recién atribuido al presidente de la República se colige una baja significativa con relación al 40% recibido en septiembre del presente año. Se trata de seis puntos menos, lo que habría que atribuir al agravamiento de los problemas nacionales señalados más arriba, pero también a renuncias de perremeístas que se vienen registrando en toda la geografía nacional, por razones muy conocidas.
Leonel Fernández, que todavía no es candidato, pero está demás decir que lo sería, de un 22% registrado en septiembre saltó a un 29% en noviembre. Se recuerda que la Fuerza del Pueblo obtuvo un enorme crecimiento al pasar las elecciones de julio de 2020, nutriéndose fundamentalmente de peledeístas, alcanzando un pico de un 30%, aunque bajó a porcentajes que oscilaron entre el 17 y el 23%.
Así se mantuvo durante más de un año, hasta exhibir crecimiento nuevamente, el cual parece basarse en las juramentaciones que viene haciendo en todo el país, esta vez de más peledeístas y también de perremeístas disgustados.
Abel Martínez, escogido candidato presidencial en las primarias del PLD, celebradas el 16 de octubre, tiene su mayor simpatía en las provincias del Cibao. Sería la opción más joven, aunque le atribuyen ser el más atrasado ideológicamente, de convicciones antihaitianas. Sus actividades proselitistas lucen tímidas. Se informa que trabaja en el diseño de los trabajos y ya designó jefe de campaña a Francisco Javier García, estratega-marrullero de gran experiencia, aunque el éxito que le atribuyen siempre fue con un PLD gobernante, donde se exhibía derroche de recursos económicos, lo que finalmente contribuyó al encarecimiento de la actividad política en sentido general. De todas maneras, las circunstancias no son las mismas. El PLD está fuera del poder.
La experiencia electoral dominicana revela una tendencia hacia la bipolarización, es decir, que el grueso de los electores se incline por dos opciones, lo que contribuye a que la mayoría de los comicios se decidan en primera ronda. Diferente a otros países, en República Dominicana, el sufragio no se distribuye en tres, cuatro y cinco candidatos.
Desde que se implantó el sistema del 50% más un voto, a través de la reforma constitucional de 1994, solo en el torneo de 1996 hubo la necesidad de balotaje o segunda ronda, porque ninguno de los participantes obtuvo el porcentaje requerido. Peña Gómez logró un 46%, Leonel Fernández un 39% y Jacinto Peynado, que no recibió el respaldo de Balaguer, un 15%. En segunda ronda ganó Fernández con un 51.25% contra un 48.75% de Peña.
En el certamen del año 2000, de igual manera, ninguno de los candidatos alcanzó el deseado 50% en primera ronda. Hipólito Mejía recibió un 49.87%, Danilo Medina logró un 24.94% y Joaquín Balaguer un 24.60. Balaguer rechazó apoyar al PLD en segunda ronda y Danilo Medina decidió declinar. La JCE proclamó ganador a Hipólito Mejía.
Sin embargo, los números que muestran, al momento, las pocas encuestas creíbles apuntan a un escenario de segunda ronda. Algunos analistas dan como un hecho que el PRM, independientemente del candidato, estaría jugando un rol estelar por su condición de partido oficialista, por lo que estiman de lógico que obtenga el pase a una eventual segunda ronda. El otro participante estaría entre Leonel Fernández y Abel Martínez, por lo que se espera una lucha de vida a muerte entre esas dos opciones opositoras, aunque no se rechacen en el plano personal. Se sabe que cualquiera de los dos que acuda al balotaje podría ser electo presidente de la República
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