Himno a la Patria

sábado, 18 de octubre de 2014

¿Prostituir la Constitución Dominicana con fines reeleccionista?













Lic. Olga capellán.-









La Constitución Dominicana es un pedazo de papel, de acuerdo a lo expuesto por el extinto presidente de la república Dr. Joaquín Amparo Balaguer y Ricardo, al considerar que con la Carta Magna de su país el jefe del gobierno de turno puede hacer de ella lo que le venga en gana (interpretarla dependiendo de los vientos que soplen) atendiendo siempre a los intereses políticos del primer mandatario y de su partido.
Al parecer lo expresado por el Dr. Balaguer en aquellos tiempos es de ciencia cierta y así lo han demostrado los vocingleros reeleccionistas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) quienes han hecho de la Constitución más que un pedazo de papel, se la han pasado por el forro,  como diría en el lenguaje popular un buen español.
La Carta Magna es el Estatuto que rige a las naciones, más in embargo en República dominicana los políticos del patio, estos la han convertido en un relajo como objetivo permisivo a favor de los presidentes de turno, pero nunca para mejorar los derechos constitucionales de sus ciudadanos, hecho este vergonzoso y muy lamentable.
Muchos dominicanos, aquellos que se sienten más patriotas que Juan Pablo Duarte, pide respetar su bandera de una forma radical y xenófoba, pero son los mismos que se hacen de la vista gorda en momento en que los políticos gobiernistas pisotean la Constitución; por el simple hecho de buscar la permanencia en el poder, porque las riquezas acumuladas no les son suficientes y porque solo ellos tienen derecho a una posición en el tren gubernamental, al menos así lo perciben ellos y forma parte del propio sistema.
De acuerdo a los peledeístas, la Constitución ha sido inventada para que ellos se disputen el poder de la forma que sea y como sea, es por ello que podrán y deberán acotejarla a su antojo y semejanza  (véase declaraciones de uno de sus dirigentes, Ramón Ventura Camejo)  que con otra palabra entiende que el gobierno es nuestro y es una obligación continuar, aunque la Carta Magna lo prohíba.
Pero no solo Ventura Camejo está imbuido en esos menesteres, sino también el gran conglomerado de bocinas pagadas por el propio Danilo Medina, en  su afán de hacer ver ante el pueblo “la gran obra de su gobierno” y el supuesto alto porcentaje de aceptación entre los ciudadanos, olvidando con ello que en los hospitales nacionales mueren cada día decenas de personas por falta de medicamentos, equipos tecnológicos, personal capacitado o una simple jeringa, mientras los recursos del Estado son desviados para complacer a sus compañeritos de partidos, aliados y a periodistas sin escrúpulos que operan o no en diversos medios de comunicación.
El presidente Medina, tendría tal vez un gobierno brillante si no tuviese ambición de continuar en el poder y si ese dinero que regala a sendos personajes fuera hecho efectivo a los hospitales para salvar vidas y para combatir real y efectivamente la pobreza; dando mayor oportunidades de vida a los de abajo, pero él no tiene valor para decir sus apetencias y solo manda emisarios para que hablen por él.
En este país se ha perdido hasta el derecho de pensar por cuenta propia, ya que la imposición impera en toda las direcciones, ahora se vive del simulacro, al menos eso es lo que parece.
Una reforma más de la Constitución para imponer un sistema o a un presidente que de hecho no gobierna, sino que ejecuta el criterio de sus paganos compañeros de partido, que marcan un modelo netamente corrupto y complacedor a los intereses personales de determinados dirigentes, esto conllevaría a una fatal determinación, porque la Carta Magna no es una goma que se extiende o se inclina hacia el lado que conviene al gobernante de turno, esto si fuese verdad  lo que se prolifera sobre el profesor Juan Bosch; éste no lo permitiría.
¿Prostituir la Constitución cada cuatro años con fines meramente reeleccionista? Esto solo se ha visto en los regímenes dictatoriales y Danilo Medina, aun siendo peledeísta no es de esa talla, que termine su mandato y que se vaya a descansar a su casita de campo.


La autora, es periodista