Himno a la Patria

domingo, 31 de agosto de 2025

Jefe De La DEA Se Reúne Con Presidente De La. NCD

 

Con el propósito de unir esfuerzos contra el narcotráfico en la región 

_El nuevo administrador del organismo antinarcóticos felicitó al Presidente Abinader por el apoyo en la lucha contra el narcotráfico y captura de fugitivos_

 

Alexis

Santo Domingo.- El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), vicealmirante Jose M. Cabrera Ulloa, se reunió con el nuevo Administrador para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, Terry Cole, en el marco de la celebración de la 39ª Conferencia Internacional de Control de Drogas (IDEC XXXIX), donde acordaron seguir ampliando el intercambio de información y las operaciones de interdicción en contra del tráfico ilícito de sustancias narcóticas en la región del Caribe.

La República Dominicana participó recientemente en el cónclave mundial, que se llevó a cabo del 26 al 28 de agosto de 2025, en Nashville, Tennessee. En este escenario el titular de la DNCD, Vicealmirante Cabrera Ulloa, tuvo reuniones bilaterales, con representantes y agencias aliadas de 130 países.

Durante su participación, se resalta su importante encuentro con el Administrador de la DEA, Terry Cole, quien afirmó que Estados Unidos tiene el compromiso de seguir trabajando con todos los países, en la lucha, combate y desarticulación de las estructuras criminales, dedicadas al tráfico de drogas.

“Saludamos el arduo y significativo trabajo de la República Dominicana en el combate al narcotráfico, así como el éxito de las operaciones en la búsqueda y captura de fugitivos buscados en Estados Unidos por distintos delitos”

En la reunión participaron además, el Jefe de la Región del Caribe de la DEA y el Agregado en la República Dominicana, los agentes especiales, Michael A. Miranda y Kaleb Sanderson, quienes han afianzado de manera permanente su apoyo y cooperación.

“El esfuerzo conjunto entre la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la DEA representa un pilar invaluable en la lucha contra el narcotráfico en nuestra región. La confianza, cooperación y compromiso compartido entre ambas instituciones fortalecen no solo nuestras operaciones, sino también la seguridad y el bienestar de nuestros pueblos”, expreso Michael A. Miranda, gente Especial a Cargo de la DEA, División del Caribe

“Esta alianza estratégica demuestra que, trabajando unidos, podemos enfrentar con mayor eficacia las amenazas del crimen organizado transnacional.” concluyó

En el marco del evento, el presidente de la DNCD, también se reunió con Dan Salter, subjefe de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, (DEA) y con Lesley Ziman, Secretaria Adjunta de la Oficina Internacional de Asistencia Antinarcóticos y Cumplimiento de la Ley (INL).

El vicealmirante Cabrera Ulloa, en nombre del Presidente Luis Abinader Corona, reafirmó el firme compromiso del Gobierno dominicano de seguir mejorando sus capacidades operativas, agradeció el apoyo la DEA y otros organismos aliados, en la lucha contra el tráfico de sustancias ilícitas, el lavado de activos y otros delitos conexos.

El titular del organismo antinarcóticos, fue invitado por la DEA a participar en la 39ª Conferencia Internacional de Control de Drogas (IDEC XXXIX), evento que se desarrolló durante varios días en Nashville,


El Silencio Cómplice Alimenta La Violencia Sexual En República Dominicana

 

Por Doctor Ramón Ceballo

La violación de una mujer por seis hombres en República Dominicana, me ha llevado a reflexionar y redactar este articulo, porque no es un hecho aislado, es el grito más brutal de una sociedad enferma de machismo, donde la violencia sexual no es una excepción, es una vergonzosa norma.

Es, sin lugar a dudas, una de las expresiones más brutales del poder y la dominación. No se trata de un hecho aislado ni de una patología individual, sino de una práctica sostenida por una cultura que normaliza el sometimiento del cuerpo ajeno y que, en demasiadas ocasiones, lo reduce a un objeto de uso. 

La realidad en República Dominicana y en América Latina en general, muestra un panorama alarmante que interpela tanto a la justicia como a la sociedad en su conjunto. De acuerdo con UNICEF, aproximadamente el 15 % de las niñas y el 8 % de los niños en América Latina y el Caribe experimentaron violencia sexual antes de cumplir los 18 años. 

En la República Dominicana, la situación es aún más cruda: el 65 % de las adolescentes de entre 15 y 17 años ha sido víctima de este tipo de violencia en algún momento de su vida. Este dato por sí solo basta para dimensionar la magnitud del problema, dos de cada tres adolescentes dominicanas cargan con la marca de un hecho traumático que, lejos de ser excepcional, se ha vuelto parte del paisaje cotidiano.

En 2023, el país registró 1,454 denuncias por delitos sexuales. Sin embargo, solo el 6.33 % de esos casos derivó en una sentencia condenatoria. El dato desnuda la fragilidad del sistema judicial, incapaz de garantizar justicia efectiva para la mayoría de las víctimas. 

Peor aún: el 29 % de las denuncias corresponden a menores de edad, lo que revela cómo la violencia sexual golpea con mayor brutalidad a quienes se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.

La violencia sexual no nace del deseo, sino de la necesidad de ejercer control y dominio. Se manifiesta en múltiples formas: desde el acoso verbal, hasta violaciones atroces grabadas y difundidas en redes clandestinas o plataformas de pornografía. 

En estos casos, la víctima no solo sufre la agresión directa, sino que además queda expuesta a una revictimización infinita, convertida en mercancía para el morbo colectivo.

La sociedad suele responder con indiferencia o silencio, lo que en los hechos se traduce en complicidad. El castigo a los agresores sigue siendo la excepción, mientras la regla es la impunidad. Esta tolerancia cultural convierte la violencia sexual en una práctica estructuralmente sostenida y reproducida.

La criminología y la psicología clínica han clasificado distintos perfiles de agresores sexuales, algunos de los cuales responden a trastornos específicos, tales como la parafilia coercitiva, caracterizada por la excitación al someter a la víctima en contra de su voluntad; el sadismo sexual, donde el agresor obtiene placer al causar dolor o humillación; y elvoyeurismo o exhibicionismo con componentes violentosque se manifiesta en la satisfacción al observar o forzar la exposición de la víctima. 

Asimismo, se han identificado trastornos de personalidad antisocial y narcisista, marcados por la ausencia de empatía, la instrumentalización del otro y la búsqueda de poder o validación a través de la agresión. Aunque menos frecuentes, algunos episodios de violencia sexual también se han asociado a psicosis, consumo problemático de droga.

Sin embargo, la verdad más incómoda es que la mayoría de los violadores no padecen una enfermedad mental. Se trata de hombres funcionales en la sociedad, integrados en entornos laborales, familiares y comunitarios, pero amparados por un sistema cultural que les permite convertir la violencia en una herramienta de dominación. 

Aquellos que graban sus ataques y los difunden lo hacen en busca de reconocimiento dentro de comunidades clandestinas en línea, transformando el crimen en trofeo o mercancía.