Himno a la Patria

jueves, 12 de enero de 2023

Ley de fideicomiso público podría ser tiro mortal a aspiraciones de Abinader

Danilo Cruz Pichardo     El doctor Guido Gómez Mazara, precandidato presidencial del PRM, ha sido bastante juicioso con la administración de su compañero Luis Abinader, al resaltar el carácter luminoso del Ministerio Público, el buen manejo gubernamental ante la pandemia del coronavirus y hasta cierto punto ante el problema de la inflación en bienes y servicios, al reconocer que es  consecuencia de una crisis mundial.     Sin embargo, el doctor Gómez Mazara desaprueba que se les exija currículum a los dirigentes del PRM como requisito para entrar a la administración pública, observando, al mismo tiempo, que el grueso de los cargos diplomáticos son ocupados por personas que no residen ni dominan el idioma de los países donde ofrecen servicios.     Los sueldos de los que ocupan cargos en el servicio diplomático son en dólares y euros, dependiendo del país, y oscilan entre los 40 y 80 mil euros (si es en países de la Unión Europea) y 40 y 90 mil dólares, en Estados Unidos y otros tantos países. Se sabe que, además del sueldo, hay beneficios que son mayores, como es en el caso particular de los cónsules.     (Entre los privilegiados o privilegiadas está la cónsul en Valencia, España, de apenas 23 años de edad, hermana de padre de Luis Abinader, quien percibe un sueldo de 50 mil euros).     Un problema que afecta de forma sensible al PRM es que los dirigentes de sus seccionales del exterior no fueron tomados en cuenta para las posiciones diplomáticas de los países donde residen, a pesar de dominar el idioma, de los méritos políticos, de los riesgos al hacer campaña en plena pandemia y de contribuir grandemente con la economía nacional, a través de las remesas.     Todos los dominicanos tienen derecho a ocupar cargos públicos, pero lo que se estila históricamente es que en los puestos de mayor relevancia se designan a miembros del partido gobernante. El jefe de Estado, sin embargo, otorgó prioridad a los inversionistas de campaña y se calcula que hay por lo menos 20 funcionarios de primer orden que no están en capacidad de sumar votos al PRM en la contienda comicial del año entrante, porque son apolíticos.     Y las pocas personas designadas en sus respectivas dependencias responden a amistades, familiares y las amantes que, naturalmente, nunca se quedan. Así no se gana.     La población dominicana está alarmada, de igual manera, por los niveles de criminalidad, sin que las autoridades definitivamente enfrenten con éxito la situación, pues hasta el momento todas las medidas se inscriben en la improvisación. No se puede obviar que, conforme a los resultados de las encuestas, la inseguridad es el principal problema para los dominicanos.     El presidente Abinader calificaba de irresponsable (los videos y reseñas periodísticas están de pruebas) la carrera de empréstitos tomados por la gestión del PLD a países y a organismos multilaterales, pero economistas, entidades y personalidades independientes quedan ahora con la boca abierta al observar que en lo que va del presente gobierno se ha cogido prestado más de 25 mil millones de dólares, un récord sin precedentes, pues nunca antes la deuda externa había crecido tanto en un período de dos años y meses.     Otro aspecto que viene afectando a la imagen del Gobierno es la alianza (no anunciada públicamente, pero que se confirma que es real) de Danilo Medina y Luis Abinader, bajo la mediación de Hipólito Mejía.     Hay dirigentes del PRM que aprueban ese pacto bajo la tesis de que lo importante es retener el poder. ¿Y quién dijo que ese pacto garantiza la retención del poder político? ¿Y, además, la lucha contra la corrupción y la impunidad, implementada en la gestión anterior, fue una farsa de los que hoy ostentan el poder?     En política si usted no es serio por lo menos debía aparentarlo. Un pacto de Luis Abinader y Danilo Medina  envía el mensaje de que todos somos iguales, que en política no hay escrúpulos y que se usó al Ministerio Público para un teatro, lo que lleva a mucha gente decente, que sufragó por el denominado cambio, a que se arrepienta con razón.     La idea que se oferta es que el PRM, en estos momentos, no opera como partido político, sino como una empresa al servicio de Luis Abinader, que no escucha ni acepta el derecho a disentir de ningún compañero y ante sus propios funcionarios da la impresión de que lo sabe todo, lo que ha generado disgusto en muchos colaboradores. Es una bomba de tiempo.     Abinader ha demostrado que no tiene amigos ni es leal a nadie. Las encuestas revelaban gran impopularidad de  Fulcar y Macarrulla y decidió salir de los dos. Lo logró y en principio se percibió como un alivio, pero resulta que ahora Fulcar, jefe de campaña de Abinader, ha hablado cosas, ante autoridades norteamericanas, que comprometen moralmente a cabezas visibles del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Salió a relucir la doble moral de ciertas personas.     Y sobre Macarrulla y los Vicini finalmente le doblaron el pulso a Luis Abinader en lo que respecta al traspaso de empresas públicas al sector privado, un compromiso de campaña. Ya la ley de fideicomiso público se aprobó en el Senado en septiembre y la Cámara de Diputados acaba de conocerla en primera lectura. Eso va como “caña para el ingenio”.     Se sabe que Macarrulla y los Vicini, empresarios que también operan en la generación de energía, exigen las plantas de Punta Catalina, entre otras empresas. Luis Abinader, en discurso público, defendió la ley de fideicomiso público, aunque sin entrar en detalles en torno a los beneficios para el Estado dominicano, que finalmente es el que se queda con las deudas contraídas por los empresarios.     Ya Participación Ciudadana, que se sabe que apoyó a Luis Abinader en las elecciones pasadas, expresó su preocupación con respecto a los fideicomisos públicos, consciente de que el Estado siempre lleva la de perder y los presidentes que usan ese procedimiento es para pagar favores, favores que finalmente, en término político, salen caros.     Solo los compromisos pueden llevar a un jefe de Estado a defender un despropósito similar, en momentos en que la mayoría de los países están condenando los fideicomisos públicos. Lula Da Silva, López Obrador, Nayib Bukele, Xiomara Castro, entre otros, al ascender al poder, eliminaron totalmente los fideicomisos públicos.     Da pena que dirigentes del PRM estén condenando el voto contrario de los legisladores de la oposición a la ley de fideicomiso público, porque supuestamente carecen de moral, al rechazar hoy lo que aprobaron ayer.     No se trata de establecer quién tiene moral o no, es que resulta evidente la finalidad nociva para el Estado dominicano de esa infeliz ley. Si un legislador se considera serio lo correcto es que se oponga a esa trampa, aunque coincida con adversarios políticos.    Esa ley podría ser, por lo menos en el futuro inmediato, un tiro mortal a las aspiraciones políticas de Luis Abinader.