Christian Paniagua
…¡gloria a Dios en las alturas
Recogieron las basuras
De mi calle, ayer a oscuras
Y hoy sembrada de bombillas.
Y colgaron de un cordel
De esquina a esquina un cartel
Y banderas de papel
Lilas, rojas y amarillas.
…hasta aquí le soy fiel a *Fiesta*, de Joan Manuel Serrat. Cierro aquel telón para servirme a otra celebración...
Dicho eso, con la anuencia del lector, me permito -libre- variar las letras de tan memorable pieza musical y, para lo que nos ocupa; estaré en modo “gozar”. Atento a describir el clima, la emoción que sentí la noche del pasado lunes 26 de mayo 2025, durante y después de la conferencia -magistral- servida por la Dra. Soledad ChávezFajardo, en la sala Aída Cartagena Portalatín, de nuestra Biblioteca Nacional Pedro HenríquezUreña.
Fue noche de junte. De buena vibra y de letras,pero también de quilates en la asistencia. Estuve allí, degusté emociones y buen vino, conlos intelectuales presentes: los había pesadosylivianos. Fue cuando me pregunté ¿qué magia los sostiene esta noche? Cómo de bien se llevan-unos y otros- incluso, los que no se soportan.Eso me recordó *Fiesta*, las semejanzas de aquella balada apareándose -puntuales– igual acomoversa la canción que abre el escrito: juntos y revueltos, buenos y menos buenos, preclarosy ufanos… Todos, atentos a la excelsa conferencista; miembro de número de laAcademia Chilena de la Lengua (sillón 14) y catedrática de la Universidad de Chile.
Exáltese el prontuario académico de la dama: Google destaca en varias páginas, los logros y aportes académicos de la Dra. SoledadCarlaChávez Fajardo -reconocida y mejor avalada- por los que siguen a Pedro Henríquez Ureña. Pero, lo más significativo de la eruditaque nos visita, es su admiración por República Dominicana y por nuestro insigne intelectual y humanista Pedro Henríquez Ureña, de quien la Dra. Chávez ha publicado libros y es un referente para estimar.
Parabién. El director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, el escritor Rafael Peralta Romero, fue quien nos deleitó invitandoal país ala Dra. Soledad Chávez Fajardo. La presentó la noche del lunes, visiblemente emocionado. Satisfecho de haber logrado la hazaña, para llevar a cabo una serie de conferencias magistralestituladas: Reflexiones en torno a la historia de los indigenismos, auspiciada, además, por El Banco Popular Dominicano y La Cooperativa Nacional de Servicios Múltiples de los Maestros(COOPNAMA).
La agenda de la Dra. Soledad Chávez empezó en la Biblioteca Nacional, pero es extensiva a universidades y a otros centros de las letras y del saber, en República Dominicana: luego,superado eso, vale destacar lo más llamativo -a mi juicio-cómo la conferencista reunió –comedidos– cual discípulos, escritores de diversas tendencias que -sabemos- difieren -unos y otros- sobre colegas y sobre la cosa nuestra: sí, digamos que fue una noche bonita,de provecho pero, hubo travesuras…
Desenfoques de algunos presentes que, no sabían dónde estaban, ni quiénacompañaba a la Dra. Soledad cuando, saltó la valla un admirador -cual intruso- y premió a la dama con un abrazo –largo– y un beso que “el esposo de la dama desaprobó”, me comentó –díasdespués- Andrés L. Mateo, sorprendido -como otros- por la profundidad del abrazo y el sonado beso.
Soberana travesura. Parecida a, cuando a la noche se la va la mano ¿o era que había luna llena? Pero nada, allá ellos y la otra Ella: la que jugó toda la noche con su celular, cual colegiala-de sitio en sitio- en acogida -mejor dicho- por debajo del rango que ella misma se otorga.
¡Ay caramba! Nútrelos de tolerancia, Señor. No obstante, la conferencia fue fiesta para la audiencia, esa noche (…donde comparten su pan,su conocimiento y su gabán; intelectuales de cien mil raleas) ¡Todos dispuestos! Tocados por el discurso y empapados del saber… ¡Viva la unidad! Superar discrepancias es de sabios. Aplausos, apretones de manos y abrazos marcaron el curso y el final de la conferencista que, no pifió; fue límpida en su disertación.
Entonces. Loas a nuestra invitada chilena, a sumaestría y carisma: maravilloso cuandoconcluyósu exposición, la Dra. Soledad Chávez Fajardo. Ureñistas unidos, se confundieron en saludos, elogios y poses para la prensa y para -cada asistente- llevarse sus remembranzas de la actividad.
Ya en el vestíbulo de la Biblioteca –un personal atento- sirvió refrigerios que motivaron un compartir ameno (…se acabó, la hora nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó; que cada uno es cada cual). Sí, fue como el bajar la cuesta de la canción de Serrat, donde el noble y el villano, el prohombre y el gusano, bailaron y se cogieron de manos, sin que importara la facha -ni si el otro escribe bien o mal–. Por eso, va mielogio a la Dra. Soledad Chávez: a la humildad que proyectada. Ella sonrió para todos: compartió un brindis junto al escritor,Rafael Peralta Romero, y amigos…
Enhorabuena para el saber. Para la salud de nuestra cultura-beneficiada– por los quilates y calidad de una buena conferencia (...y con la resaca a cuesta, volvió el que escribir no sabe, a su pobreza, volvió el que escribir sabe, a su riqueza, y los “pica–pica” a sus misas…, la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal, y la dama del celular; a sus divisas).
¡Gracias, escritor Peralta Romero! Invitar al país a intelectuales de semejante calibre, enriquece y, le sumará conocimientos a todo el que participe en las conferencias programadas…
Apurad, amigos de la Biblioteca, que aquí os espera si queréis venir…