Himno a la Patria

viernes, 22 de marzo de 2024

Ciencia Versus Fe Cristiana

Por: Víctor Elías Aquino Introduzco este ensayo breve con una sola frase, “lo científico y la religión cristiana nunca han estado divorciados”, y en seguida planteo argumentar que, el ejercicio en el tiempo de renombrados hombres de ciencia demuestra sin lugar a dudas que, no hay ningún conflicto fundamental en creer en ser científico y al mismo tiempo servir al Dios creador del vasto universo que tiernamente nos cobija. La realidad es que, desde hace cientos de años científicos con una cosmovisión cristiana han realizado grandes aportes al avance de la humanidad y la diversidad científica, puedo mencionar a Isaac Newton (1643–1727), considerado prominente durante la revolución científica, vivió obsesionado “con tratar de discernir la fecha del rapto de la Biblia”. También, Johannes Kepler, considerado figura clave de la Revolución Científica, quien sorprendió a sus a sus contemporáneos al decir que“veía a Dios cual si fuera un gran geómetra” : su creación respondía a un plan prefijado de distancias y proporcionperfectas La ciencia contemporánea, tiene a un John Lennox, Professor of Mathematics at Oxford University, autor del libro, ¿Puede la Ciencia explicarlo todo? En la obra, avala el dato de que más del 60 por ciento de los ganadores del Nobel entre 1901 y 2000 eran cristianos confesos. (página 21 del libro citado). La información, es una prueba empírica de que abraza a Cristo puede lograr el máximo potencial como ser humano. Otras informaciones que arroja la indagatoria son: el 60 por ciento de los noveles en física, 72,5 por ciento los premios de química, 62 por ciento de los ganadores en fisiología o medicina; entre otros renglones. Lennox, tiene actualmente 80 años edad en el libro que cité, plantea “es posible que el científico más celebrado de los tiempos modernos sea Stephen Hawking, que fue catedrático de matemáticas en la Universidad de Cambridge en la misma banca que ocupó Isaac Newton trescientos años antes. A seguidas se refiere a la diversidad de criterios, Newton un apasionado y firme creyente en Dios, y no percibía ningún conflicto entre la fe y la investigación científica; en tanto que Howking se declaraba ateo y dijo” no tenemos que elegir entre la ciencia y Dios. Pero hay más, la arqueología, ciencia que estudia, describe e interpreta una sociedad pasada a partir de los hallazgos de restos materiales, bien puede usarse para buscar la divinidad, por ejemplo, el ADD extraído de esqueletos excavados de entierros de la ciudad filistea de Ashkelon en el Israel moderno mostró que estos tenían ascendencia europea. Esto, confirma lo que se ha creído en el tiempo y lo que dice la Biblia sobre los filisteos; es que Jeremías 4:7 y Amos 9:7 conectan a los filisteos con la isla de Caftor, que ha sido identificada como Creta, el hogar de la civilización minoica. Tal registro muestra que los filisteos se mezclaron con la población local, diluyendo así la carga genética europea. Fuente: https://biteproject.com/arqueologia-biblica-descubrimientos-covid/ Es a la luz de estos criterios que Lennox añade la pregunta clave, ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cómo pasamos de la creencia en Dios propia de Newton a la incredulidad de Howkin? ¿Se debió solamente al progreso de la ciencia? ¿ O hay otro motivo? Es la realidad de la vida, unas personas deciden ser ateos y otros viven, o vivimos la vida creyendo en un Dios providencial. Un texto de la Biblia del libro de un profeta que ejerció su ministerio aproximadamente entre los años 740-701 antes de Cristo dice, “Así dice el señor: el cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies. ¿Dónde, pues, está la casa que podrías edificarme? ¿Dónde está el lugar de mi reposo? Todo lo hizo mi mano, y así estas cosas llegaron a ser- declara el Señor: Isaías 66:1-2. El fallecido veterano periodista Alberto Amengual mantuvo en el aire por 53 años el programa televisión “Sea Usted el Jurado”, en que debatían los problemas de la República Dominicana y posibles soluciones, y cada domingo luego de la respectiva entrevista estelar, al resumir de los temas tratados terminaba con la frase del nombre del espacio líder en teleaudiencia por más de medio siglo. Es una decisión personal adherirse o no a la fe cristiana. El lector tiene la palabra.