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Esos 21 cañonazos, ¿para qué?


Por OLGA CAPELLÁN
o.capellan36[@]gmail.com25 junio, 2015 12:05 amSe el primero en comentar



opinion 467

La reforma constitucional ha sido practicada por 39 veces en la historia de la República Dominicana como nación que apenas lleva 172 de su fundación, realizada el 6 de noviembre de 1844 en San Cristóbal, vinculada a los hechos heroicos del 27 de febrero del mismo año, gracias al esfuerzo de grandes hombres que sintieron un verdadero amor por la patria, siendo ellos: Juan Pablo duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, como principales responsables de la independencia nacional.
La modificación de la Constitución en cualquier país del mundo solo se efectúa para variar artículos considerados obsoletos, inconclusos o pocos claros referentes a determinadas situaciones, para mejorar los derechos ciudadanos entre otros capítulos, para incluir nuevos artículos en beneficio de la nación, pero nunca para retroceder el avances democrático o para coartar los derechos ciudadanos; por eso le llaman Carta Magna.
La Carta Magna proviene del latín y se hizo para garantizar las libertades públicas y para limitar el poder del rey por un consejo, senado, congreso, parlamento o asamblea ante los acosos sociales y políticos que existían en su época.

La Carta Magna fue creada en el año 1215 en Inglaterra, documento aceptado y sancionado por el rey Juan I de Londres, y se hizo porque Los nobles normandos oprimían a los anglosajones y estos se rebelaron, la misma contó con 63 artículos para asegurar los derechos feudales a la aristocracia frente al poder del rey.
En cambio, la Constitución dominicana se hizo para determinar la forma de gobierno y sus modalidades para poner en funcionamiento los poderes públicos, cosa ésta que ha sido desvirtuada por los gobiernos de turnos en los últimos años, cada cual haciéndola modificar como traje a la medida para favorecerse en los asuntos del Estado y su permanencia en el poder gubernamental, cosa esta no habitual en los países democráticos, sino en los regímenes dictatoriales con la finalidad de perpetuarse más allá de los períodos para las cuales fueron elegidos.
En Colombia, país que durante décadas viene sufriendo los efectos de una guerra civil, su Congreso acaba de abolir de una forma definitiva la reelección presidencial en ese país sudamericano, mientras que el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina obliga una reforma constitucional con la única y mera intención reeleccionista, pagando a un Congreso amañado una cuantiosa suma millonaria para tales fines con los fondos del Estado, según han publicado diversos medios de prensa, y a pesar de que la misma fue ya reformada por última vez en el año 2010.
Es decir: esa reforma constitucional la estamos pagando por vía de nuestros impuestos cada ciudadano dominicano, aunque en mayoría no estemos de acuerdo con la misma.
¿21 cañonazos para qué?
Este sábado mientras el pagado Congreso Nacional sesionaba en su palacio, los guardias ranas apostados en sus alrededores, esperaron que terminara la ridícula reforma, la que pasó en primera lectura y lanzaron 21 cañonazos en señal de júbilo por el hecho y quizás dijeron: “Viva el Zar”.
Esos 21 cañonazos tienen que haber sido para anunciar cómo el gobierno de Danilo Medina, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su Congreso Nacional se burlaron del pueblo, por quienes fueron electos, de lo contrario no tuvieron razones para hacrlos.
En tanto, un comentario publicado en un medio digital dijo lo siguiente al responder una pregunta de un lector sobre este tema: Estamos anunciando el ingreso de lleno a un trujillismo del siglo XXI, tal y como lo anunció el león. Más allá de todo esto, hablando por la vía telefónica desde Puerto Rico, un ciudadano de este país y con 92 años de edad dijo lo siguiente: En la República Dominicana se ha producido un pacto de la complicidad, ustedes tienen que luchar para sacar al gobierno del Palacio Nacional y olvídense también de ese partido del “Jacho prendido”.
Oh Señor, como cambian los tiempos.
Que Dios se apiade, bendiga y proteja al todo el pueblo dominicano.