Comluna de Opinión
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Organizando Ideas
Danilo Correa
Los periodistas dominicanos, hoy como siempre, conmemoramos el asesinato contra la antorcha de la libertad de prensa. El 7 de abril de 1981 hace 36 años, cayo mortalmente herido el periodista Marcelino Vega. Envuelto en el sudario de libertad
Este cobarde crimen que enluta el marco democrático de la libre expresión y difusión del pensamiento, se acciono en momento que Marcelino Vega, cubría una manifestación de obreros del Ayuntamiento del Distrito Nacional, en la parte alta de la ciudad.
Y una bala vestida de gris destrozo el palpitar de su vida, cuando una jauría de murciélagos disparaba su ira contra una fragua de nuestra una vez más mancillada Constitución Republicana, surgida en el 1844, torturadas y discapacitada en el fuego del dolor.
Hoy la familia de la prensa dominicana no celebramos el día del periodista, que el calendario marca como el 5 de cada abril, con fiesta y algarabía, porque aun aquellos sicarios que lavaron sus manos en el crimen, están sobre la tierra o bajo de ella, amparados por corruptas sentencias del poder de una justicia prostituida en nuestro paragua democrático.
El comunicador Marcelino Vega, murió en la flor su voz, nuestra voz, siendo testigo de la humareda que cubría un siglo de infancia en el vientre de unos obreros respirando miserias en su parque de imágenes gorilezca sin pulmones donde sus oxígenos prevalezcan más allá de las urnas y el fisco
El rostro del crimen:
Este joven periodista, Marcelino Vega, en instante de las horas de los hornos, laboraba como reportero en el desaparecido vespertino La Notica.
Fue asesinado de un tiro en el corazón matinal de su pecho entre las 8 y 10 de la oscura mañana vinagrera del dolor, miércoles l 7 de abril de 1981.
Mientras cubría una pacífica manifestación de obreros del primer cabildo de América.
Esta acción laboral amparada en la constitución dominicana, fue violada e incendiada, con bombas y ráfagas “democráticas”, frente a la estación de Ornato y limpieza en la administración edilicia del dirigente político del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Pedro Franco Badía
Este movimiento huelgario de humildes hombres y mujeres que reclamaba aumento salarial, el cual fue hitlerianamente reprimido por agentes de la Policía Nacional, en la calle San Juan de la Maguana esquina Moca, del sector capitalino de Villas Agrícolas, en las inmediaciones del Mercado Nuevo de la avenida Duarte. Marchito/corto amapolas lingüísticas de nuestro coral profesional
Otra vez, sangre debajo de la piel del derecho a la libertad de prensa, yace taciturna, apagada en su voz de mirra en el subsuelo constitucional de la amarillenta historia.
Siempre una bala mortal, hiere, rompe el cristal de tinta indeleble de la agorera opinión pública
Marcelino Vega mártir/paladín de la libertad de prensa, era acompañado por el fotorreportero Valentín Pérez Terreno, quien tomó la imagen de sus últimos momentos combativo de la libertad
Sus verdugos, estos constitucionales facinerosos, actuaron bajo el rango y Quepis del coronel de entonces Melitón Jorge Balderas, por intermedio del guaraguo jefe de la banda nacional, mayor general Virgilio Payano Rojas. Pero como de costumbre, nadie pago judicialmente por este salvaje aborto democrático.
Lo mismo ocurrió con: Luis Reyes Acosta(En el hueco del fuego de la Guerra Patria de abril,1965) ,Guido Gil Díaz(1967),Gregorio García Castro (1973), Orlando Martínez (1975), Narciso González(Narcisazo.1994), José Silvestre(1911), Blas Olivo(2015).
Donde la prensa objetiva y democrática, pone los cadáveres y los gobiernos las coronas y chantajes luctuosos
Aquel martes 7 de abril, en los mismos moribundo latidos del alma de la joven antorcha de la libertad prensa, también fueron secuestrados en las garras del crimen por la muerte en el olvido, el canillita (repartidor de periódico), Manuel de Jesús Cipriano y el estudiante Félix Sánchez.
Ahora en el día del periodista, pedimos menos en el ocaso de ese pedazo historia
La plancha que una vez más y de manera honesta, solidaria dirige con principio/filosófico unitario el Colegio Dominicano de periodistas (CDP), lleva como nombre, Marcelino Vega.
Apegado al compromiso y juramento gremialista con firmeza en su manifiesto/proclama, de no permitir que se torne en penumbra la tea de la libertad de prensa y del libre juego de las ideas criminalizadas en el indomable corrupto muro democrático.
Este equipo de hombres y mujeres que están frente a los destinos de esta entidad profesional; que sirve de plataforma y protección a los periodistas, está encabezado por su presidente, Lic. Olivo de León y Lic. Mercedes Castillo, presidenta del Instituto de Prevención y Protección del Periodista (IPPP)
Quien suscribe es periodista
Por Danilo Correa
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