Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán
En un reporte de la BCC Mundo, salió un informe
periodístico sobre la inmigración haitiana hacia la República Dominicana, en el
cual se hacía la siguiente pregunta: ¿Qué invierte República Dominicana en los
haitianos? Y destacó que en materia de salud este país invierte unos 57.6
millones de dólares, equivalente a un 13.4% del presupuesto sanitario nacional.
Además señaló que en materia de educación también el
gobierno dominicano invierte una partida de 60 millones de dólares de los 2,200
millones del presupuesto anual del ministerio educativo, a pesar de que solo el
37% de los niños nacidos de descendencia haitiana asiste a la escuela en
República Dominicana.
La otra pregunta vendría a ser ¿Cuáles son los ingresos
que recibe la República Dominicana mediante las relaciones bilaterales con
Haití?
De acuerdo a un informe comercial publicado y aunque
muchos pronosticaron de que solo aumentaría un 1.5% al comercio en general de
unos 421 millones de dólares del 2009 hubo un crecimiento anual de un 15% hasta
el 2012, entrando al país 1.000 millones, por concepto de venta de más de 800
productos nacionales que se comercializan
con el vecino país, siendo Haití el 3er país del mundo que ingresa mayor
beneficio económico a la República Dominicana.
Este estimado creció al correr de los últimos 3 años dado el auge comercial, muchos de los cuales y a través de los mercados binacionales a lo largo de la frontera, el que se ha visto afectado por los problemas
migratorios del cual República Dominicana niega ciertos derechos a cientos de
miles de haitianos o dominicanos nacidos de padres de descendencia haitiana,
que vino al tapete con la Ley 168-13 del Tribunal Constitucional y que fue
acotejada con un decreto del Poder Ejecutivo el 169-14 que declara el reglamento de regularización de
extranjeros.
Debemos señalar que República Dominicana
recibe otros beneficios a través de la mano de obra haitiana, sobre todo en el
sector cañero, aunque la industria azucarera pasó en su mayoría al sector
privado, debido a la venta que efectuó el gobierno dominicano de los ingenios
azucareros pertenecientes al Consejo Estatal del Azúcar (CEA), perdiendo con
ello grandes partidas económicas de manera directa a la economía nacional
gubernamental.
Sin dudas algunas, la mano de obra
haitiana es parte del desarrollo económico nacional, y que se verá mermado,
cuando se hagan efectivas las deportaciones masivas que contempla realizar el
Departamento de Migración con la aplicación de la sentencia 168-13 acotejada
por el decreto 169-14 , en contra de la población haitiana que se encuentra de
manera irregular en este país.
La mano de obra haitiana no solo es
utilizada en el corte de cañas, ya que el sector agrícola y en la construcción
tiene esta una gran demanda, quizás porque en sentido general gran parte de los
dominicanos huyen a los trabajos pesados y campestres, eso es del todo conocido
en este país.
Actualmente, los trabajadores cañeros
libran una gran batalla en demanda de que se le reconozcan sus derechos
laborales, entre ellos un estatus legal, pensiones de trabajo, inclusión en los
servicios sanitarios, educativos para sus hijos, y otros, al que el gobierno
dominicano ha ignorado de una manera descabellada, y que aún peor, ya que
muchos de los cuales están en peligro de deportación, luego de haber dejado
toda una vida de trabajo en el territorio nacional.
El gobierno dominicano se lucra de la
mano de obra haitiana, sea esta legal o no, y un ejemplo sin regateo, lo fue la
restructuración de la Puerta del Conde (símbolo patrio) donde fueron utilizado
numerosos haitianos para realizar este trabajo de remodelación.
¿Porqué ignorar los reclamos de la
Comisión Internacional de los Derechos Humanos (CIDH) en relación al problema
migratorio en el país?
Es cierto que el país está sobrecargado con una población extranjera en los últimos
años, sobre todo la que procede del hermano país de Haití, situación que se
intensificó con el terremoto acontecido el día 12 de Enero del año 2010, donde
el territorio haitiano quedó destruido en su mayor parte, naturalmente estos
ciudadanos tienen derecho a la vida y es así como han tratado de buscar mejores
condiciones en su vecino país (República Dominicana), también los haitianos han
emigrados a otros países, unos fueron acogidos por asuntos humanitarios, otros
son echados como si fueran una peste.
Algo que no ha quedado bien claro es:
las ayudas humanitarias de la comunidad internacional realizada a favor de la
población damnificada haitiana del 2010 y del cual la República Dominicana se
convirtió en administradora de todos esos recursos, en el que se presume que
muchas de esas ayudas se han perdidos en canales oscuros, y eso ha sido una
espina en los ojos de muchos haitianos.
Extraño en todo esto han sido las
declaraciones del presidente haitiano Michel Martelly, quien de manera no tan
directa salió en defensa del gobierno dominicano en relación al problema
generado por el proceso de regularización migratorio, y muchos ciudadanos le
han dado la razón, pues según informaciones publicadas en diversos medios de
prensa nacionales en el pasado reciente, su posición se la debe a la
participación financiera efectuada por personeros miembros del Partido de la
Liberación Dominicana (PLD), incluyendo a un ex presidente de la república y a
un actual senador, quienes financiaron su campaña electoral a titulo de
inversión económica y que hoy recuperan por otras vías.
República Dominicana ha sido criticada duramente y condenada por desconocer en gran medida los
derechos de más de 500 mil ciudadanos de descendencia haitiana, dejando a
muchos de de ellos en una forma apátrida
y deportará a más de 200 mil, según se presume, a todos aquellos que no se
acojan a un retorno voluntario, lo que ha sido como una espina en los ojos de
la CIDH, que reclama el derecho y respeto para estos ciudadanos.
Muchas personalidades que luchan por el
respecto de los derechos de los inmigrantes haitianos en este país, han
considerado como una burla que el propio gobierno dominicano oculte la
verdadera situación, utilizando con ello a algunos ciudadanos ya regularizados
en un Spot publicitario para promover estar haciendo una política migratoria
justa, cuando ha sido todo lo contrario.
Es conocido a nivel internacional que el
gobierno dominicano tiene un servicio exterior muy débil, a pesar de pagar un
personal tan amplio y por encima de los países desarrollados y más ricos del
mundo, aunque se espera mejoría en el mismo, estando al frente de la
Cancillería el Arquitecto Andrés Navarro.
Por último, somos defensores de nuestra
patria, pero no a costa del irrespeto y el sufrimiento de ningún ser humano,
porque nadie se debe considerar ilegal
en ningún país del mundo.
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