Danilo Cruz Pichardo
La Junta Central Electoral fijó las elecciones presidenciales y legislativas para el 5 de julio venidero. Es una fecha tentativa, la cual se podría mantener o variar dependiendo de la evolución de la epidemia del nuevo coronavirus que afecta al país. La salud de la población está por encima de todo.
Para el 15 de febrero nos hicieron creer que no se corría ningún riesgo, pues solo se conocía el caso del famoso italiano, el cual estaba aislado, y todos nos metimos de lleno en campaña y en el certamen comicial municipal. ¿Cuáles fueron los resultados? Miles y miles de contagiados (cifra que no se puede especificar, pues Salud Pública sólo da resultados de pruebas) y cientos de muertos, cifra sobre la cual tampoco hay exactitud.
Entre esos contagiados hubo legisladores (senadores y diputados), alcaldes electos, regidores y dirigentes, en los diferentes niveles, de los partidos de oposición y de la coalición gubernamental. También hubo figuras públicas de la televisión y hasta el reputado médico Antonio Cruz Jiminián, el cual estuvimos a punto de perderlo. Nunca antes la humanidad y, particularmente, nuestra población había atravesado por una tragedia similar.
Sabemos que el PLD viene jugando a la profundización de la crisis, bajo la creencia de que cualquier postergación del torneo electoral garantiza su permanencia en el poder más allá del 16 de agosto del presente año, pero desde el punto de vista constitucional ninguna autoridad electa puede durar un día más.
Es una problemática que involucra aspectos jurídico y ético. Y desde el punto de vista ético la oposición no debe de forzar la celebración de un certamen electoral, en el que están aptos para el sufragio unos 7.5 millones de dominicanos, los cuales tienen que emitir su voto en un período de varias horas. Evitar aglomeraciones es un imposible y un buen porcentaje de la gente usa mascarillas caseras y hasta simples pañuelos.
Se alega que la gente acude a los bancos y a los supermercados diariamente. La gente está obligada a ir a los bancos y a los supermercados, porque si no la mata el coronavirus la mata el hambre. Además, ¿quién dijo que no hay contagios en esas filas de los bancos y de los supermercados? Todas las autoridades médicas coinciden en que el aislamiento es la mejor medicina.
Los países que han tenido mayor éxito en contrarrestar el coronavirus se han basado en el aislamiento de las personas. En el hipotético caso de que para el 5 de julio haya muy pocos casos de coronavirus en la población, la cola, con un torneo comicial podríamos estar provocando un nuevo pico.
Y esa responsabilidad recaerá sobre gente que piensa que los cargos están por encima de la salud de la población, que no es el caso de mi amigo Luis Abinader, de quien soy amigo desde cuando tenía cinco gatos a su lado (en el año 2008), no es el caso de ahora que, por ser puntero en las encuestas, muchos le fingen una falsa amistad.
Ojalá y se pueda apelar a algún procedimiento virtual, pero que sea seguro cien por ciento, y las elecciones presidenciales y legislativas se celebren en el menor tiempo posible, inclusive el propio 17 de mayo, que era la fecha prevista y establecida constitucionalmente. El gran inconveniente sería que todavía muchos no accesan a las nuevas tecnologías
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