Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán
La venganza es dulce, si se toma en cuenta que el
Estado que venció a Danilo Medina, ese mismo Estado venció a Leonel Fernández,
en la lucha por el poder gubernamental dentro del Partido de la Liberación
Dominicana (PLD), y tan grande es la rivalidad
entre ellos, que amenaza con traspasar hasta los puntos más sensibles de la
política dominicana.
La venganza es dulce para el que la ejecuta, en esta
caso muy amarga para el pueblo dominicano que sufre las consecuencias de la
lucha entre esos dos colosos por el poder político y por demás el poder
gubernamental, porque que le brinda un status poderoso, al cual ambos se
encuentran apegados y se disputan la
propiedad del mismo.
Mientras todo esto ocurre, el pueblo dominicano tiene
otras prioridades, una de ellas es buscar un modo de sobrevivencia para poder
palear la situación de miseria en la que vive, provocada justamente por estos
dos personajes insaciables de tanto bienestar económico, desdeñado desde el
gobierno por el cual de camaradas ahora convertidos en dos grandes enemigos.
Ya todo está visible y la división del PLD es
inevitable, porque así lo decidieron ellos, solo ellos: Leonel Fernández y
Danilo Medina, quienes se disputan la propiedad del mismo, pasándoles por
encima a toda su dirigencia, en señal de que en esa organización política no
existe ninguna otra persona en capacidad de sustentar una candidatura
presidencial que pueda manterla en el poder más allá del 2016 y llevarla hasta
el 2044 como se lo había plateado el propio Fernández, cuando dijo que en su
partido existía una fábrica de presidentes, como queriendo decir que todos
podían y estaban en el derecho y la
capacidad de aspirar al más alto puesto que brinda la política partidista de
cualquier nación del mundo.
Mientras Danilo Medina, se aferra a los muros
palaciegos, Leonel Fernández, se agarra al señor de los cielos, y es que en su
condición actual el ex mandatario necesita la voluntad y la ayuda de muchos
señores, aunque dice que nada le falta.
Naturalmente, en la política existen muchos traidores
y a Leonel Fernández, gran parte de sus allegados le han dado el abrazo y beso
de Judas, no solo por los compañeros de su partido, sino también de gran parte
de sus aliados con el que fue generoso, y quienes le juraron su lealtad hasta
la muerte si fuese posible.
Leonel Fernández, solo cuenta con unos aliados leales,
siendo ellos la familia Castillo, tan leales que fueron capaces de abandonar
los grandes beneficios económicos que recibían del Estado dominicano por ser
perros fieles al ex mandatario y presidente del PLD, los otros actuaron como
aquel barco que se pone a la deriva y que al comenzar a hundirse los primeros
en tirarse son las ratas en busca de salvación.
El ex presidente Fernández, se opone a una nueva
Reforma Constitucional y se declaró vigilante para preservar la Carta Magna que
rige la nación, cuando esta sea meramente para lograr la reelección
presidencial, se opone porque ya no quiere seguir siendo visto como el
ciudadano que viola constantemente esos
preceptos constitucionales, sobre todo porque ya él no dirige los destinos del
país, y es bueno así.
Leonel Fernández, fuera del poder ve la situación
desde otro punto de vista, el político sagaz de aquellos tiempos, ahora es un
hombre modesto, religioso y vigilante de las leyes, por eso apela a sus amigos
compañeros de partido y del Congreso Nacional, para evitar que se cometa un
nuevo atropello constitucional.
En cambio el presidente Danilo Medina, un hombre de
poco hablar, quien anteriormente solo quiso demostrar a su país y a su partido
que él también estaba en capacidad de gobernar los destinos de la República
Dominicana, además pidió que le dieran la oportunidad de gobernar por solo 4
años y ni un día más, ahora embriagado por el poder, intenta y por lo visto así
será reformar la Carta Magna para quedarse en el Palacio Nacional más allá del 16
de Agosto del 2016 que es cuando se cumple su mandato.
Sin embargo, tanto Medina como Fernández olvidan que
la controversia entre ambos solo tiende a profundizar lesiones en el sistema
democrático que mal vive el país, y que la constitución con referéndum o no en
ninguna nación puede o debe aplicarse con pretensiones meramente personales
para retener un mandato presidencial fuera de los gobiernos dictatoriales.
Pero Leonel Fernández y Danilo Medina son caras de una
misma moneda que no ofrecen alternativa para que el pueblo pueda decidir si
está de acuerdo o no para que ninguno de los dos permanezca en el poder en
contra de la voluntad de la mayoría ciudadana.
Ciertamente, esto podría ser una decisión ciudadana
manifestada a través de un referéndum, pero la propia Constitución adolece de
suficiente claridad para determinar algunos puntos importantes, como son si la
misma es una Ley Orgánica o si necesita la intervención de un referéndum donde
participe la voluntad popular.
Leonel Fernández, fue quien promovió la Reforma
Constitucional del 2010 en beneficio propio, sin que se tomara en cuenta lo
antes dicho, ahora es un celador sigiloso de la misma, en cambio Danilo Medina,
quien ambiciona permanecer en el poder más allá del mandato para el cual fue
electo en el año 2012, desestima un referéndum con la participación ciudadana,
a pesar de pregonar tener una simpatía de más de un 80% de los votantes en
general, lo que no se compadece, ya que de ser así, ¿a que le huye el
mandatario dominicano, que no sea a una derrota popular?
Al parecer con su popularidad, Danilo Medina, se
encuentra situado en un castillo de arena, demostrando que la misma solo existe
plasmado en los carteles y en los medios de prensa, pagados con los dineros del
pueblo.
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