Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán
Si bien es cierto que el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) está lleno de valiosos cuadros políticos de diversas
categorías, no menos cierto es que estos
dirigentes no cuentan con gran popularidad como para ir a una contienda
electoral para alzarse o mantener el
poder gubernamental, es de ahí el pugilato entre los dos principales líderes de esa organización
política, siendo ellos: el Dr. Leonel Fernández, ex presidente de la nación y
el Lic. Danilo Medina, actual mandatario, jefe del gobierno, en aras de retener
el control del gobierno central más allá del 2016.
Leonel Fernández, un hombre ambicioso por naturaleza
que ha sido 3 veces presidente de la República Dominicana y que aspira a volver
de nuevo a sentarse en la silla de alfileres, en cambio Danilo Medina, actual
mandatario del país, que a pesar de haber jurado no tener aspiraciones
continuista al llegar al poder el 20 de Agosto del 2012, ha dado marcha atrás a
sus palabras al reconocer el lado débil de su partido y ahora pretender de
nuevo presentarse como candidato reeleccionista con la finalidad de que su
partido permanezca frente a los asuntos del Estado, a pesar de que la Carta
Magna se lo prohíbe.
Leonel Fernández, quien tiene su ambición por volver a ser presidente, en este país le será muy cuesta arriba, debido a la gran taza de
rechazo que tiene ante el pueblo (no de su partido) al ser ampliamente
cuestionado por los desmesurados actos de corrupción en sus gobiernos, que se
les indican tanto a él, así como a gran
parte de sus cercanos colaboradores,
inclusive a él también se le acusa de haber andado de las manos de confesos
narcotraficantes nacionales é internacionales, entre ellos el propio Quirino
Ernesto Paulino Castillo, quien ha revelado picantes detalles sobre su relación
económica con el ex mandatario, Arturo del Tiempo Márquez, quien guarda prisión
en una cárcel de máxima seguridad en España, Nelson Solano Guzmán, extraditado
a los Estados Unidos, entre otros no menos peligrosos.
Pero en el PLD, Leonel Fernández, es quien toca la
música y por lo tanto los demás dirigentes tendrán que bailar al ritmo que el
ex mandatario haga sonar, incluyendo al propio Danilo Medina, quien a pesar de
tener el poder gubernamental no cuenta con el apoyo de la dirigencia del
partido morado, ni siquiera en el Congreso Nacional, siendo este la piedra
angular para erigir una nueva Reforma Constitucional, además Medina tendrá que
agradecer a Fernández, el haberlo hecho con su poderío económico presidente del
país en las elecciones pasadas del 2012, a pesar de la carencia de un
definido liderazgo político que en
aquellos momentos presentara como tal.
Sin embargo y a pesar de todos estos inconvenientes,
la lucha por una reelección se mantendrá, ya que así lo decidieron altos
funcionarios gubernamentales temerosos de perder sus posiciones, porque es la
única forma de mantener ese status y poder adquisitivo, adquirido mediante las
instituciones y ministerios que dirigen.
Danilo Medina, tampoco ha observado que el PLD tal
como partido nunca ha subido al poder, sino orquestado primero por del Dr.
Joaquín Balaguer y luego cargado de los hombros de minúsculas organizaciones
políticas que han servido de aliados, no al partido de gobierno, sino a la persona
de Leonel Fernández, muestra de ello lo ha sido la ruptura de la dinastía
Castillo y su Fuerza Nacional Progresista FNP, y de seguro que saldrán otros de
esa alianza económica de la súper vivencia corruptiva.
Fuera de Fernández y de Medina, el PLD no cuenta con
un liderazgo político definido, es por ello que la Reforma Constitucional tiene
que pasar para mantener el poder, conscientes ellos de su carencia dirigencial
pretenden violentar la Carta Magna, aún sabiendo de la aberración a que la
misma será sometida.
La iglesia católica y otras religiones, y la sociedad
civil del país están opuestas a que se profane la Constitución cada vez que el
presidente de turno así lo desee, pero no solo éstas claman por el respeto a la
misma, además, claros han sido los pronunciamientos de diversas personalidades sobre
este engorroso tema, incluyendo al Embajador de los Estados Unidos, James
Brawster, quien dio su opinión acerca del mismo, diciendo que su país se opone
a cualquier Reforma Constitucional con fines meramente reeleccionista en el continente,
ya también lo había dicho John Kerry, Canciller del gobierno de Barak Obana, se
había pronunciado al respecto.
Ellos no están interviniendo en los asuntos internos
del país, porque si bien es cierto que la República Dominicana es un país
soberano y que tiene autodeterminación, también es cierto que el gobierno
norteamericano está enviando un meta mensaje a los políticos del patio
nacionales, por si intentan vulnerar la tranquilidad ciudadana en ese afán de
permanecer en el poder por encima de la voluntad popular, que ya está cansado
de la política errónea de un gobierno que solo ofrece más de lo mismo, pero que
no resuelve las necesidades del pueblo.
Ellos también han visto que los gobiernos del PLD han
sido un fracaso en materia económica, seguridad ciudadana, salud, combate al narcotráfico,
y a la corrupción, y en cuanto a la repartición de la riqueza existente, porque
también a ellos les afecta, cuando numerosos ciudadanos dominicanos intentan llegar a su territorio de manera
ilegal, tratando de escapar a las diversas situaciones difíciles por la que
atraviesan en el país.
República Dominicana no puede continuar siendo el
hazme reír latinoamericano por ambición de los gobiernos de turno, que cada 4
años influyen con el poder político y económico para cambiar los preceptos y el
contenido constitucional de la Carta Magna, que nos rige y que nos identifica
como país democrático.
Es por ello que si el Partido de la Liberación
Dominicana no construyó a tiempo un liderazgo político de relevo, tendrá que
apurarse en hacerlo é intentar por la vía democrática para que permanezca en el
poder durante los 40 años consecutivos vaticinados
por el propio Leonel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario