Por,
Tony Boza
Junio de 2015 “ todos los venezolanos debenadquirir
libremente las divisas”
Presidente de Fedecámaras
Hay
dos temas de la economía donde los opinadores son demasiado propensos a
confundir a la gente. Estos temas son: el control cambiario y la inflación. En
ambos casos la explicación más difundida va de la mano de la teoría
cuantitativa del dinero o teoría monetarista (aplicada en Chile en tiempos del
dictador Augusto Pinochet por los Chicago Boys y avalada por sus colegas
locales del IESA Boys).
Lo curioso es que tanto economistas de derecha como
algunos de una supuesta izquierda coinciden en abrazar los mismos principios
teóricos. Resulta asombroso el éxito que esta corriente del pensamiento
económico neoliberal ha tenido en imponerse como “la explicación lógica e
irrefutable” de ambos asuntos.
Los
economistas de la derecha asumen su rol de propagandistas del sistema
capitalista, del recetario del FMI y de los teóricos reconocidos por el
establishment. El problema lo representan aquellos que dicen estar con el
proceso revolucionario y logran confundir a nuestros propios militantes con sus
confusas disertaciones y las desenfocadas recomendaciones que de allí se
derivan.
Estos
temas no son un asunto de simples conceptos o debates académicos, ellos están
íntimamente vinculados con el futuro de la patria, entenderlos no es un
problema de saber más o saber menos sobre problemas de economía, se trata de
asumir la posición correcta ante una amenaza real contra la soberanía
económica, política, social y territorial de Venezuela y poder actuar en una
misma dirección para superar las adversidades.
SOBRE
EL CONTROL CAMBIARIO
Jorge
Roig, presidente de Fedecámaras, propone que “es necesario comenzar a
avanzar sobre el desmontaje del control cambiario (...) Todos los procesos
deben avanzar hacia un cambio único, libre y competitivo. Existe la necesidad
de una unificación en el tipo de cambio, queremos un control de cambios único
(...) todos los venezolanos deben adquirir libremente las divisas”. Por su
parte el empresario de encuestas Luis Vicente León sentencia que el actual
control cambiario “ya dio lo que iba a dar”[1].
El
economista Víctor Álvarez (de izquierda) va un poco más adentro y dice que “el
anclaje cambiario arruinó la economía (...) (el) empeño por mantener durante
largos años tasas de cambio artificialmente bajas estimuló toda clase de
importaciones que arruinaron la producción nacional. Con una tasa de cambio
sobrevaluada, las exportaciones no petroleras perdieron competitividad
internacional”.
Felipe
Pérez Martí (también de izquierda) recomienda en este tema “Crear de forma
inmediata un sistema de tres tipos de cambio: 6.3 para bienes prioritarios, 10
para bienes no prioritarios, y el libre para el resto de las transacciones.
Entre cinco y siete meses, pasar a un régimen de flotación limpia con bandas,
para unificar el tipo de cambio”.
EL
CONTROL DE CAMBIOS FRACASÓ
Todos
coinciden en que hay que desmontar el control cambiario y en diagnosticar su
fracaso. La razón principal para establecer el control de cambios era evitar la
fuga de capitales, sin embargo ésta se ha incrementado sustancialmente. Pero es
necesario aclarar que una política correcta puede fracasar por una mala
implementación, lo cual es el caso que nos ocupa. Sin embargo, la derecha, y
ciertos camaradas, proponen como alternativa dejar que actúen las fuerzas del
mercado. Nuestra marcada diferencia con ellos no está en diagnosticar el
fracaso del control cambiario, sino en las causas de ese fracaso, que
repetimos, no son inherentes al diseño de la política cambiaria, sino que
obedecen a factores extra económicos, como veremos más adelante. Y por supuesto
también tenemos diferencias con las recomendaciones que se derivan de este
diagnóstico.
PRIMER
ACTO: NO HAY UN VERDADERO MERCADO DE DIVISAS
Para
“avanzar hacia un cambio único, libre y competitivo”, como propone Jorge Roig,
debería existir un mercado cambiario, es decir, muchos oferentes y muchos
demandantes de divisas, una amplia gama de participantes activos en el mercado,
y en nuestro caso hay “un solo” oferente de divisas, el Estado venezolano, por
tanto el mercado es más que “imperfecto”, simplemente no hay mercado. A menos
que la burguesía esté dispuesta a traer los dólares que se han llevado al
exterior y ofrecerlos en el mercado cambiario venezolano, cosa que no creemos
vaya a suceder. Por tanto, esa “falla de origen” del mercado deja una sola
alternativa “un control cambiaro que de verdad funcione”, es decir, que
controle las divisas y garantice que se conviertan en mercancías y no en un
torrente especulativo del mercado paralelo como existe hoy en día, y que además
su inversión obedezca al Plan de la Patria para garantizar que se puedan
utilizar para consolidar la Revolución. Es preciso recordar que el 97% de las
divisas que entran al país las producen las empresas del estado venezolano,
especialmente PDVSA.
TODOS
LOS VENEZOLANOS DEBEN ADQUIRIR LIBREMENTE SUS DIVISAS
La
anterior afirmación del presidente de Fedecámaras es una oferta engañosa (por
no decir que es una vulgar y llana mentira), la realidad es que sólo por la
administración del control de cambios un gran número de venezolanos han tenido
acceso a los dólares norteamericanos y a otras divisas. Antes de la Revolución
Bolivariana el acceso a los dólares estaba restringido a una minoría (un
fragmento de la clase media que rondaba apenas el 10% de la población). En los
años 70, 80 y 90 nadie hablaba de dólares en ningún lado, ahora en cada rincón,
acera, calle, kiosco, fiesta, reunión, en el taxi, en el autobús, en en el
Metro no se habla de otra cosa.
La implementación de un cambio único “libre y
competitivo” como lo proponen los empresarios tiene como principal motivación
que la burguesía controle el mercado de las divisas, volver a los “tiempos
felices” de la cuarta República, cuando las divisas las adquirían unos pocos y
se compraban frivolidades en Miami con ellas.
Liberar
el mercado de los dólares (o la unificación cambiaria, que es casi lo mismo) es
la acción que los burgueses necesitan se acometa para hacer el negocio redondo
de sus vidas. Para tener ellos el control del mercado cambiario. Por un lado
sus dólares en el exterior, que según cálculos conservadores ascienden a más de
508 mil millones de dólares (30 veces nuestras reservas internacionales), se
pondrían a valer mucho más (dependiendo del nivel de devaluación que ellos
logren imponerle al país), ya que pueden convertirse en los potenciales
compradores de Venezuela, con una pequeña ayuda de sus socios imperiales (que
de paso, son los que tienen la maquinita de hacer el billete verde), por lo
antes apuntado, pueden traer al país sus dólares “revaluados” y hacerse de
todos los bienes de capital, inmobiliarios y financieros a precios de gallina
flaca.
El
economista José Gregorio Piña, en el programa de VTV El Desayuno, aseguró que
de liberarse el dólar o de asumir la dolarización, el valor de esta divisa
podría alcanzar rápidamente los mil (1.000) bolívares por dólar y además nadie
podría garantizar que se detendría la inflación como aseguran sus proponentes.
También la burguesía tendría un poder incrementado de chantaje sobre el
Gobierno Revolucionario (y contra el pueblo) ya que tendría un mayor dominio de
la economía y por su parte el Banco Central de Venezuela y el Gobierno Nacional
perderían capacidad de manejo de las políticas monetarias, financieras,
presupuestarias y fiscales. Resultaría en un profundo debilitamiento del Estado
y un real fortalecimiento de la burguesía parasitaria y sus aliados del Norte.
Otro
aliciente para la burguesía es que muchos de los bienes que actualmente tienen
en nuestro país, adquiridos con el producto de las grandes fortunas amasadas en
los recientes procesos especulativos, los han venido “indexando”[2] a
valores dolarizados, cualquier edificio, galpón, maquinaria (por muy
desvencijada que esté) se pondrían “a valer” un montón.
Podemos
concluir, por ahora, que cuando Jorge Roig dice que “todos los venezolanos
deben adquirir libremente las divisas” se refiere a “todos los venezolanos que
sean burgueses ”, y nada más.
LA
CULPA ES DEL “MAL HOLANDES”
La
otra afirmación de que “el anclaje cambiario arruinó la economía”, como dice
Víctor Álvarez, va de la mano con la teoría de la llamada “enfermedad
holandesa”, que tanto les gusta aplicar a nuestros economistas, como buena
receta prefabricada sirve para todo, como el Vick Vaporub. Lamentamos
contradecirlos, pero la tan manida “enfermedad holandesa” o “mal holandés” no
aplica del todo en el caso venezolano (mayor herejía). Veamos: “enfermedad
holandesa es el nombre general que se le asigna a las consecuencias dañinas
provocadas por un aumento significativo de los ingresos en divisas de un país
(...) perjudicando la competitividad de las exportaciones no petroleras del
país”. (Wikipedia).
El
problema de aplicar fórmulas pre-hechas es negar la historia real de “carne y
hueso” y las reales condiciones estructurales de la economía venezolana. Por
fortuna podemos demostrar que el empresariado no petrolero (como tendencia
dominante, sin negar que existan empresarios nacionalistas, emprendedores
reales) se configuraron como clase parasitaria desde inicios del siglo XX,
destinada a apropiarse de la renta petrolera, haciendo la menor inversión posible
y sin ninguna disposición a desarrollar un parque industrial o proyecto de
desarrollo productivo autóctono.
Para
que aplique ciertamente, con todo rigor, el llamado “mal holandés”, ha de
pre-existir en el país un sector realmente productivo de verdad verdad y con
suficiente peso para impactar los valores macros de la economía (y no es el
caso de Venezuela, por lo menos desde 1920 hasta hoy en día). Tal cuestión
queda demostrada por “El Informe técnico económico de la Misión Fox”, realizado
entre los años 1939 y 1940, que en el capítulo denominado “Estructura y nivel
de los precios en Venezuela” explica que “con pocas excepciones, tanto las
mercancías producidas en Venezuela como las importadas se venden a altos
precios (...) muchos artículos se venden en Caracas por el doble o el triple de
lo que se venden en Washington, y en algunas ocasiones al cuádruplo y hasta
más”. También afirmaba que “hay que tener en cuenta que los mayoristas
importadores son de hecho banqueros así como también comerciantes”[3], es
decir, el perfecto triángulo de la especulación.
Los
banqueros, liderados por Vicente Lecuna lograron imprimir su impronta a la
economía desde la década del 30 del siglo XX, la que no aplica en la receta del
“mal holandés”, es decir, la existencia de un sector productivo que se deprime
por culpa del ingreso repentino de divisas, muy por el contrario, la burguesía
comercial-financiero-importadora nació como factor especulativo, es su
condición ontológica, han hecho una fiesta permanente de la captación de la
renta petrolera. Valga aclarar, que no es el anclaje cambiario quien arruina la
economía, sino el carácter parasitario-especulativo de la burguesía (aunque a
algunos economistas les produzca dolor de oído esta afirmación).
La burguesía
no dejó de producir por culpa de los ingresos petroleros, sino precisamente lo
contrario, nunca quiso producir (ni invertir) actuando solamente para
apropiarse de la renta petrolera, aprovechando su posición de dominio del
mercado (de banqueros-importadores-comerciantes, con las inversiones mínimas
necesarias para tal tarea auto-asignada) aplicando precios especulativos para
tal propósito.
El pobre “mal holandés” acusado permanente de nuestros males,
necesitaba para hacer sus estragos de la existencia previa de una burguesía
productiva, que nunca existió. La burguesía nacional tiene el “mérito” de estar
a la cabeza en toda América Latina en fuga de capitales (40% en promedio,
mientras que la colombiana apenas un 1%). A tal punto que en el año 1985 Miguel
Ignacio Purroy llegó a afirmar que en Venezuela había por parte del
empresariado una “huelga de inversión”, lo cual queda demostrado en los datos
que aporta el Banco Central de Venezuela desde los años 50 hasta la fecha,
donde se refleja una curva descendente de la inversión, con tendencia a cero.
PONIENDO
LA MESA SERVIDA PARA LA DOLARIZACIÓN
Llama
la atención el marcado interés de la burguesía por dolarizar, liberar el
mercado cambiario o llevarlo a la llamada unificación cambiaria, que significa
amarrar directamente nuestra moneda al dólar. ¿Será que sienten la debilidad
del Estado Nacional por los bajos precios del petróleo y la merma de dólares
públicos y ven la oportunidad de tomar la ofensiva?
Alineados
con los intereses del imperio, la burguesía que siempre ha jugado papeles
segundones frente al gran capital, se la juega para darle un respiro a un
gobierno de los EEUU que necesita a gritos ponerle la mano al petróleo
venezolano. Es un juego de ganar-ganar con los gringos. A cambio de mendrugos,
quieren entregar al país.
A
pesar de la propaganda a favor del dólar, la verdad es que dicha divisa tiene
mucho tiempo en franca devaluación, veamos lo que comentan Attilio Folliero y
Cecilia Laya: “A finales de 2000 para comprar
una onza de oro se necesitaban $ 274,5 a finales de julio del 2011 se
necesitaban – como hemos visto antes – 1.628,5. Ilustramos la devaluación con
un ejemplo concreto: Con $ 100.000 a finales de 2000 se compraban 364,36 onzas
de oro; con esa misma cantidad de dólares, a finales de julio de 2011 se podía
comprar sólo 61,41 onzas, una devaluación del 83,15%.
En
los últimos doce meses, desde finales de julio de 2010 a finales de julio de
2011, el dólar ha perdido el 28,2%: hace un año con $ 100.000 se podía comprar
85,53 onzas de oro y hoy solamente 61,41 onzas.[4]
En
el primer semestre de 2015 se ha forzado la imposición del tema y de acciones
que intentan conducir a la dolarización de nuestra economía. Arreciaron desde
la plataforma Dolar Today, inundaron los medios de comunicación con
declaraciones sobre el tema y generaron rumores en esa tendencia. Estas
acciones constituyen parte de un plan bien articulado, diseñado por EEUU con el
concurso de varias fuerzas en el ámbito internacional y nacional.
El
28 de enero del año 2015, el CELAUP (Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo
Uslar Pietri, de la Universidad Metropolitana) realizó el foro “Crisis
cambiaria y dolarización”, con la participación de Marco Naranjo Chiriboga,
protagonista de la dolarización del Ecuador en el año 2000 y el economista
Pedro Palma por Venezuela.
El 4 de abril del mismo año, el grupo CEDICE impulsó
el debate en un foro con un título más provocador: “La caída del Bolívar: la
dolarización sus beneficios para Venezuela” con la intervención de Dora De
Ampuero (Ecuador), Miguel Davila (Ex-Gerente del Banco Central de Ecuador),
José Luis Cordeiro (Venezuela), quien lució en el evento una corbata el símbolo
del dólar, y Williams Ruiz.
En
el mes de mayo los ataques vinieron por cuenta de sindicalistas de las
automotrices extranjeras (Ford y Toyota principalmente), con declaraciones
tendenciosas imponiendo la matriz comunicacional de que había un pacto entre el
gobierno y las concesionarias ensambladoras de automóviles, al mismo tiempo que
Dolar Today incrementaba sensiblemente el precio del dólar guarimbero.
PERO
... ¿CÓMO HA RESULTADO LA DOLARIZACIÓN EN OTROS PAÍSES?
Panamá
no tuvo opción, se le impuso al separarla de Colombia en 1903. A pesar de estar
dolarizada, los problemas sociales son muchos. El caso más publicitado de la
dolarización de un país es la de Ecuador, al respecto el economista Alberto
Acosta, a los 4 años de aplicarlo, nos dice: “El nivel de precios de la
economía ecuatoriana, que ahora gozaría de un índice inflacionario de un solo
dígito, es de los más altos de la región; además, su inflación es superior a la
de economías vecinas sin dolarización: Perú, Colombia, Chile y la misma
Argentina”. Al cuarto año de la dolarización la inflación acumulada en
Ecuador era de 150% contra 11% en Estados Unidos, dueña de la moneda.
Ecuador
presentaba además un déficit comercial, a pesar de ser país exportador de
petróleo. Las tasas de interés para el aparato productivo se elevaron al 18%,
mientras que los empresarios pequeños debían pagar hasta un 40% y los
prestamistas informales aplicaban tasas de hasta el 100%, por la restricción
que provoca amarrarse a una moneda que no puedes acuñar, sino que depende de la
capacidad de generar exportaciones. El Banco Central Ecuatoriano entregó sus
funciones a la Reserva Federal de los Estados Unidos. Dice Alberto Acosta “de
la dolarización salimos ordenadamente o que lo más probable es que ésta nos
saque a patadas; tal como sucedió en Argentina”.
En
el caso de El Salvador, este país aplicó la dolarización desde el 1 de enero de
2001, y los resultados más resaltantes son el descenso de la capacidad
adquisitiva de la población y la pérdida de la soberanía monetaria, a pesar de
que las tasas de interés descendieron también, la mayoría de los salvadoreños
no tienen acceso a crédito barato. También se estancó el crecimiento, con una
tasa promedio anual de 6.5% durante el período 1991-1995, la economía cayó a
una tasa de 3.3% durante 1996-1999, para luego descender a una tasa
promedio
de 1.8% durante 2000-2001. Del 2005 en adelante el crecimiento económico pasó
de 3.3% a 3.6%; en 2006 bajó a 3.9%; en 2007 fue de 3.8%; luego en 2008 bajó a
1.3%, en 2009 pasó a -3.1%; y para 2010 alcanzó el 1.4%.
LA
VERDAD SOBRE EL DÓLAR PARALELO Y EL FRACASO DEL CONTROL CAMBIARIO
El
fracaso del control cambiario hay que buscarlo en la realidad, no en modelos de
laboratorios económicos, para lo cual es preciso recordar que la economía es
una ciencia social, no es una ciencia exacta de modelos rígidos y predecibles.
El supuesto “valor” del dólar paralelo no es una simple resultante de las
“fuerzas del mercado”, de la oferta y la demanda, de dividir la liquidez por
las Reservas Internacionales (RIN) y un sin fin de malabarismos. Su explicación
tiene más que ver con el diseño de una política desde el exterior para dañar
nuestra economía. Por tanto, es en la realidad de la frontera
colombo-venezolana donde debemos buscar nuestra primera pista para averiguar
por qué se logra debilitar nuestro sigo monetario ¿quién tiene ese poder?.
Evidentemente que no es una simple página web.
ES
EL PLAN COLOMBIA CAMARADAS
En
el año 2000, durante el gobierno de Andrés Pastrana, el Banco de la República
(que viene siendo el Banco Central de Colombia) dictó la Resolución No. 08 del
25 de mayo de ese año, que significaba un acto de guerra contra nuestro país.
El daño vendría años después con la desmovilización de los grupos paramilitares
en Colombia durante el mandato del nefasto Álvaro Uribe Vélez, que permitió
reorientar el accionar de estos actores en una nueva dinámica: la guerra
económica contra Venezuela. Actores que ahora conforman un nuevo entramado
militar-financiero denominados “cambistas” y que gozan del amparo legal del
vecino país. “Algunos de estos grupos emergentes están conformados por
desmovilizados que se han reincorporado a las actividades criminales,
capturando porciones de las economías ilícitas antes controladas por los
paramilitares”[5].
Son los mismos paramilitares, que ahora tienen nuevo traje. Sin embargo, su
nuevo rol de “cambistas” está avalado por la legislación colombiana.
SITUACIÓN
ACTUAL DEL PLAN COLOMBIA
Las
negociaciones de paz que se desarrollan en la Habana y la regularización de las
relaciones EEUU-Cuba, han trasladado el énfasis del conflicto hacia Venezuela.
Por un lado la crisis del capitalismo que afecta fundamentalmente a los EEUU,
quienes tienen una situación fiscal muy comprometida, no les permiten hacer los
aportes que antes venían haciendo. Los aportes a Colombia bajaron de 700 a 400
millones anuales en promedio, sin embargo, esta situación muy bien pudo haber
sido compensada por la inmensa cantidad de
dólares
provenientes del narcotráfico y lavados en la frontera. Asimismo, la guerra
económica contra Venezuela puede proveer otra masa importante de recursos
financieros.
BANCO
DE LA REPÚBLICA, PARAMILITARISMO Y DOLAR-TODAY
La
punta de lanza actual del Plan Colombia es la Guerra Económica contra
Venezuela. De allí que el Gobierno de Colombia tenga una particular política
cambiaria del peso respecto al bolívar. Es un mecanismo que bien podría
catalogarse como un acto de guerra contra nuestro signo monetario.
Si usted
abre el sitio Web del Banco de la República (El Banco Central de Colombia) el
bolívar fuerte puede estar cotizado a más de doscientos (200) pesos. Si usted
es un empresario colombiano y lleva bolívares desde Venezuela, usted recibirá
algo más de doscientos pesos por cada bolívar que entregue al Banco de la
República. Pero curiosamente, si usted es venezolano y va a la frontera, allí
operan unos señores llamados “cambistas” (unas siete familias mafiosas, los
mismos que lavaron los dólares del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria) que
le darán apenas cinco (5) o seis (6) pesos por bolívar ¿Es una operación
ilegal? No, es una operación totalmente apegada a la ley colombiana.
Ese es el
truco. En la frontera colombo-venezolana, desde el lado colombiano, se crea un
valor disminuido de nuestro signo monetario, es una especie de devaluación
forzada. Es la extensión del Plan Colombia. Es el equivalente a las bases
estadounidense en materia económica. Luego la página Web de Dólar Today lo que
hace es ser simple fachada de este proceso perverso.
El
piso legal a esta operación antes descrita la da la Resolución No. 8 del Banco
de la República del 05 de mayo del año 2000 (Gobierno de Andrés Pastrana),
donde se precisa la figura del cambista o “Profesionales de compra y venta de
divisas”, que ha servido de plataforma para configurar un Estado dentro del
estado colombiano, plataforma que tiene “masa monetaria” suficiente para actuar
de forma determinante en la debilitación del signo monetario nacional (Bolívar
Fuerte).
Los cambistas tienen varias prerrogativas que posibilitan su gran
poder para lavar dinero del narcotráfico, potenciar el contrabando de Venezuela
hacia Colombia y de atacar nuestra moneda. Dentro de esas prerrogativas
destacan dos particularmente importantes: la posibilidad de tener personal
armado con armas largas (todo un ejército portando armas de guerra) y la de
realizar operaciones cambiarias por inmensas cantidades sin necesidad de
enterarlas a la autoridad bancaria, siempre y cuando se apeguen a la
“normativa”, de la cual exponemos a continuación un fragmento (Resolución No. 8
del 05 de mayo del año 2000 del Banco de la República de Colombia):
“Obligaciones:
Para poder comprar y vender profesionalmente divisas y cheques de viajero los
residentes deberán cumplir, además, las siguientes condiciones:
a.
Exigir y conservar una declaración de cambio por sus compraventas de divisas y
de cheques de viajero, la cual deberá contener la identificación del declarante,
del beneficiario de la operación y demás características que el Banco de la
República reglamente de manera general.
En
dicha reglamentación se definirá el monto a partir del cual deberá exigirse la
declaración de cambio. Ver Resolución DIAN 07860 de 2006
b.
Pagar en efectivo la compra y venta de divisas y de cheques de viajero cuando
su monto sea hasta de tres mil dólares de los Estados Unidos de América
(US$3.000) o su equivalente.
Montos
superiores deberán pagarlos mediante cheque girado a nombre del vendedor de las
divisas, con cláusula que restrinja su libre negociabilidad y para abonar en
cuenta.
c.
Reportar a la Unidad de Información y Análisis Financiero del Ministerio de
Hacienda (UIAF), en los términos que ella disponga, cualquier operación en
efectivo, en pesos o divisas, superior a diez mil dólares de los Estados Unidos
de América (US$10.000). (Aquí caben todas las
trampas del mundo. Usted puede lavar todo el dinero sucio, siempre y cuando lo
divida en pedazos inferiores a 10 mil dólares, por ejemplo, 9.999,99 cada
transacción y no necesita reportarlo al ministerio respectivo. Bendita
lavadora. N.d.E.).
d.
Reportar a la UIAF, en los términos que ella disponga, cualquier operación que
consideren sospechosa de constituir lavado de activos o
de estar relacionada con dinero de origen ilícito.
e.
Suministrar la información y prestar la colaboración, que requieran las
autoridades para sus propósitos de prevención de actividades delictivas,
control cambiario o cualquier otro de su competencia”.
Ahora
bien, estos elementos de la realidad, que se configuran como un Estado entre
dos Estados-Nación, no son considerados en sus análisis por los economistas de
la derecha. De esa realidad forjada es de donde Dolar Today obtiene los
“valores” de relación entre nuestra moneda y el dólar, de hecho Dolar Today es
apenas la fachada de esta trampa. De allí que pueda explicarse que durante la
última década el dólar se ha venido depreciando en todo el mundo, menos en
Venezuela donde se aprecia de manera forzada, incluso en Colombia el dólar
tiene años depreciándose producto de la sobre oferta del billete verde
proveniente del narcotráfico.
En este sentido lo plantea Mauricio Cabrera “A
manera de hipótesis, pues es una labor más detectivesca que económica, se
pueden plantear por lo menos tres razones que permitirían afirmar que si antes
los narcotraficantes solo traían al país una muy pequeña porción del valor del
mercado de la droga (se dice que solo un 5 ó 10 por ciento), en lo últimos años
han aumentado este porcentaje, dejando en el país una mayor parte del generado
por el negocio. La primera es la misma revaluación: con una caída del 49 por
ciento en el precio del dólar hasta llegar a 1.800 pesos, es lógico que los
narcos tengan que traer más dólares para cubrir los costos domésticos de
producción, transformación, distribución y corrupción.”[6]
Entonces
seamos realistas, la situación de descontrol cambiario está lejos de explicarse
con factores estrictamente económicos.
Por
otro lado, una vez debilitado el bolívar, se pueden adquirir muchos de estos
bolívares debilitados con pocos pesos, lo que resulta el negocio redondo para
contrabandistas y narcotraficantes, ya que logran poseer (forzadamente) pesos
sobrevaluados, con los que obtienen en nuestro país medicinas, combustibles,
lubricantes, alimentos y un sin fin de mercancías, incluyendo aquellas que
están subsidiadas por nuestro Gobierno Revolucionario, destinadas a los
sectores más necesitados y que son desviadas por estos delincuentes hacia el
mercado interno colombiano.
LOS
CUENTOS SOBRE LA INFLACIÓN
En
este tema también ciertos economistas se han vuelto muy predecibles
(compruébelo usted mismo-a-), tome una opinión de cualquiera de ellos sobre las
causas de la inflación, no importa si la fecha es de la década de los noventa
del siglo XX, del año 2001 o de mayo de 2015, el recetario es muy limitado, las
causas esgrimidas van a ser tres (3) y nada más que tres (3) según estos
señores: 1) la descontrolada emisión monetaria por parte del Gobierno Nacional
(variantes: BCV y PDVSA ayudando a crear dinero inorgánico); 2) el déficit
fiscal (culpa del Gobierno) y 3) los aumentos salariales (culpa de los
trabajadores). La burguesía nunca tiene responsabilidad en esta materia.
El
mismo economista Álvarez, desde su perspectiva monetarista insiste “El
creciente déficit fiscal y su financiamiento a través de continuas emisiones de
dinero sin respaldo por parte del BCV, han pulverizado el bolívar y vuelto sal
y agua los salarios reales. ( ... ) Comprender y respetar las leyes que rigen
la economía deviene en un asunto elemental para reestablecer los equilibrios
económicos. ( ... ) Tanto el gobierno -a través de una rigurosa disciplina
fiscal-, como el BCV -a través del control de la liquidez monetaria-, están
emplazados a cumplir con el mandato constitucional de defender y preservar el
valor del bolívar”. Es muy difícil defender y preservar el valor del
bolívar siguiendo el mismo recetario del FMI, sino pregúntenle a Grecia.
Por
su parte el también economista Felipe Pérez Martí, en un largo escrito llamado
¿Qué hacer?, dispara con la misma escopeta monetarista cuando afirma “además,
el gasto social y el estímulo productivo se han convertido en inflación, y no
en producción, en presencia de un régimen cambiario y unas políticas de
importación que han perjudicado el desarrollo productivo, sobre todo por la
emisión de papel moneda por parte del Banco Central”. Pero para quedar más
claramente anotado en el ala monetarista, exculpando al mismo tiempo a la
burguesía, afirma “En la mayor parte de estos 14 años, se ha culpado a la
burguesía, o al sector privado, de la inflación. Aunque es cierto que en la
inflación hay un componente del poder de mercado que ha adquirido una parte del
sector privado, la inflación en este período, sin meternos a analizar períodos
anteriores, es un fenómeno preponderantemente monetario” ¿Quedó claro? Con
consejeros así, es mejor andar desaconsejado.
Para
dar más claridad al asunto, exculpando a los capitalistas y burgueses
vilipendiados, el economista y ex-ministro Felipe Pérez Martí arenga a unos y
otros para salir de la crisis: “Por eso el llamado no es solo a los
revolucionarios que creen realmente en el socialismo, sino a los empresarios
que creen en el capitalismo y el liberalismo. Afortunadamente, el acuerdo a que
se puede, y se debe, llegar, es entre verdaderos socialistas, y verdaderos
capitalistas: levantemos la capacidad productiva del país sobre bases sólidas.
¡Y que triunfe el mejor modelo! ¡Honestamente hablando!” (¿Qué Hacer?).
Después de tanto nadar, nos ahogamos en la orilla. Está claro que según Pérez
Martí no importa para nada “el modelo”, bien puede ser el capitalista (aún
alberga esperanzas de que el capitalismo nos pueda ayudar), lo trascendente
según él es la “capacidad productiva”. No aclares que oscureces.
NI
DÉFICIT FISCAL NI EMISIÓN MONETARIA: SON LAS TASAS ESPECULATIVAS DE GANANCIAS
DE LA BURGUESÍA
Muy
lejos de estos modelos monetaristas esgrimidos por nuestros ilustres
economistas de derecha y de izquierda, la realidad verdadera apunta en otra
dirección. Empeñados como están en verse el ombligo, no miran por la ventana:
los hechos.
En
nota de prensa aparecida en el diario El Impulso el 31 de enero de 2015, Felipe Pérez Martí nos recuerda que: “es
necesario hacer un ajuste fiscal y cerrar la brecha del déficit que en estos
momentos pudiera estar en un 20% del Producto Interno Bruto”[7]. Todo
esto enmarcado en una línea de análisis que culpa al gobierno de la inflación.
Aunque sobre esta materia se puede consultar en otra obra del autor[8], siempre
es bueno insistir en el desmontaje de esta burda teoría monetarista que siempre
se pretende presentar como una ciencia exacta, inapelable, docta e inequívoca.
Sobre
el manido argumento de la expansión de la emisión monetaria, el Banco Central
de la República Argentina hizo un estudio en 20 países, comparando emisión
monetaria e inflación y los resultados estaban muy alejados del modelo
monetarista. El analista Cristian Carrillo del diario Página 12 nos comenta al
respecto: “Según el relevamiento del BCRA, desde la debacle financiera
global hasta junio de este año, el mayor aumento de la base monetaria fue para
Suiza, con un incremento de 369,8 por ciento, aunque su inflación acumulada en
el último lustro ascendió a 0,2 por ciento. Le sigue Reino Unido, con un 282,5
por ciento de aumento de la base monetaria y una inflación de 9,6 por ciento, y
Turquía con 220,2 y 50,9 por ciento, respectivamente. La enumeración contempla
aumentos de base monetaria y precios desde 2008 en Brasil, con 178,9 por ciento
y 36,8 por ciento, Chile (85,3 y 13,3 por ciento), Colombia (72,1 y 16,9 por
ciento), Perú (109,7 y 15,7), Corea del Sur (66,6 y 14,4 por ciento), Indonesia
(102,8 y 30,7 por ciento), Sudáfrica (52,7 y 35,3 por ciento) e India (93,7 y
47,0 por ciento.
Entre
los desarrollados, Estados Unidos incrementó en 134,6 por ciento la base
monetaria –un 73,4 por ciento el dinero transaccional– mientras que la
inflación fue en dicho período de 12,7 por ciento, en tanto para Japón los
guarismos fueron 140,4 y 1,7 por ciento. También hay casos inversos. La emisión
de la Eurozona avanzó 1,8 por ciento y su inflación fue de 9,6 por ciento.”[9]
Como
ustedes pueden ver (con permiso de los Robertos) no existe relación
determinante entre inflación y emisión monetaria, salvo en los cerebros de los
economistas monetaristas de por estos lares. En el caso antes citado, Suiza
tiene una relación casi de 1000 a 1. Incremento en un mil por ciento la masa
monetaria y apenas aumento un punto de inflación acumulada en esos seis años
estudiados por el BCRA. En el caso de la Eurozona, es justo al revés,
incremento dos (2) puntos la emisión monetaria y la inflación llega casi a diez
puntos (10%). Es una relación uno a cinco, en sentido contrario a la de Suiza
¿La teoría monetarista qué dice de esto? Muy poco que decir.
El
estudio del BCRA también agrega, para aclarar en qué condiciones la emisión
monetaria podría generar inflación: “Una política expansiva podría generar
aumentos de precios pero sólo en proporción de la situación del ciclo económico
(brecha del producto, niveles de desempleo, grado de utilización de la
capacidad instalada) y de las expectativas de los agentes. En definitiva de
cómo estén operando los distintos canales de transmisión de la política
monetaria”.
EL
DÉFICIT FISCAL TAMPOCO AYUDA A LOS MONETARISTAS
Sobre
el déficit fiscal los datos tampoco favorecen a los señores monetaristas, según
información aportada por la plataforma DatosMacro[10] los
niveles de inflación tienen poco o ninguna relación con los niveles del déficit
fiscal para el año 2014 en un grupo de países estudiados. Por ejemplo, España
con un déficit de 7,10% (siempre es respecto al PIB) tiene para ese año una
inflación negativa de -0,1 (hubo una deflación o baja de precios). Sin embargo
esta disminución de precios no implicó un mayor consumo por parte de los
españoles, entre otras cosas por los altos niveles de desempleo y por las
desmejoras salariales y de pensiones que el FMI ha impuesto a estos países.
Otro
país con un alto déficit fiscal es Grecia con 12,7%, superior al de Venezuela
que apenas llegó en 2014 al 10,36%, y el país heleno también tuvo una inflación
negativa, los precios bajaron con un indicador de -1,7%. El caso de Grecia es
más dramático, el gobierno anterior al actual de Alexis Psypras, tuvo que crear
un decreto para permitir que los comerciantes pudiesen vender productos
alimenticios con fecha de vencimiento pasada o vencida, ya que a pesar de la
baja en los precios, la gente no podía comprar los alimentos, por la tragedia
económica y social del paquetazo impuesto por la llamada Troika (El FMI, el
Banco Central
Europeo y la Comisión Europea).
Kuwait
con un déficit fiscal de 32,22%, tres veces superior al de Venezuela, apenas
llegó a alcanzar tres (3%) puntos porcentuales de inflación, mientras que Libia
con 27,81% (casi tres veces también el de Venezuela) la inflación fue mucho más
baja, de apenas 1,1%.
Alemania
con un déficit de 0,19% alcanzó una inflación de 0,8%. Italia tres puntos (3%)
de déficit contra 0,1% de inflación. Reino Unido 5,8 contra 1,3. Japón 8,71
contra 2,9. Irlanda 7,2 contra 0,2. Y así cada caso es una relación diferente,
y en todas la única cosa común del déficit y la inflación, es que no hay nada
en común. No hay relación. Pero los opinadores de oficio de la economía
nacional siguen con su perorata de que el responsable de la inflación es el
gobierno por incrementar la masa monetaria, incrementar el déficit fiscal y por
aumentar los salarios.
DERROTEMOS
LA GUERRA ECONÓMICA
Es
de vital importancia aclararnos los conceptos, no se trata de un simple acto
discursivo o académico, se trata de definir bien el momento histórico,
explicarnos bien las causas de la situación que hoy atraviesa la Patria. Unir
todos los esfuerzos, el de cada venezolana y cada venezolano, el del pescador
en el oriente o en el occidente del país, el de la enfermera y el obrero, el de
el maestro y la profesora, el del ingeniero y la doctora, el del militante del
Psuv y el de que no le gusta militar en partidos. Hay que caracterizar bien el
momento. Hay que ponerle rostro al enemigo. La guerra económica tiene la
particularidad que es compleja, logra confundirnos, nos agobia y nos cuesta
entenderla. Es una corriente difusa, sin rostro, fácil de trasladar las
“culpas” a quien no las tiene, mientras que los verdaderos causantes de ella
pasan desapercibidos.
Debemos
consolidar la unión del pueblo trabajador, la unidad de la clase frente a la
burguesía nacional y transnacional. Debemos actuar como una sola voluntad,
amalgamada, férrea, en una misma dirección.
Hoy
es el momento preciso para la consigna Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.
Viviremos
y Venceremos
Junio
de 2015
Tony
Boza
[5] .
Rojas, Diana Marcela. PLAN COLOMBIA II: ¿más de lo mismo?
[6] Cabrera Galvis,
Mauricio. Narcotráfico y revaluación. Mayo 26 de 2008
[7] Salas,
Juan B. Es necesario liberar tipo de cambio para dinamizar la economía. Diario
El Impulso. Enero 31 de 2015.
[8]
La Guerra contra el Pueblo: Reflexiones para el contraataque popular. Ediciones
de la Fundación Construyendo Ciudadanía y algunos escritos del sociólogo Luis
Salas como los “Escritos desde la Guerra Económica”. Editorial El Perro y La
Rana, del economista José Gregorio Piña El Mito de la “Maquinita” que se
descarga de Internet o de Fernando Pisani “Inflación: caballo de Troya del
neoliberalismo”. Editorial De Un Tirón. Se descarga de Internet.