Opinion
Organizando Ideas
Olga Capellán
La Carta Magna de la República Dominicana será
profanada, porque así ya está decidido por 23 personas de las 35 que forman
parte del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), estos
profanadores profesionales, una vez más jugarán con el destino del país, porque
solo con ello podrán garantizar continuar desvalijando las Arcas del Estado.
La República Dominicana posee más de 10 millones de
habitantes, pero su futuro y destino depende de lo que hayan dicho 23 personas,
quienes han decididos por ella, como las ejecuciones de cualquier dictadura
inescrupulosa, donde un reducido puñado
de su elite traza las pautas a seguir, sin importar que el pueblo es soberano y
que sólo él puede trillar su camino político.
Sin embargo, el pueblo no podrá hacerlo porque así ya
está decidido, a pesar de las palabras del honorable señor presidente de la
república, Lic. Danilo Medina y Sánchez, pronunciadas el día 16 de Agosto del
2012 sobre la permanencia de su mandato, el cual terminaría el día 16 de Mayo
del 2016, ni un día más según expresó en su toma de juramentación como el jefe
del Estado dominicano.
Para que el Congreso Nacional proceda hacer una
Reforma Constitucional, primero debe haber un referéndum, que permita buscar un
consenso institucional; de no ser así dicha Carta Magna sería menos que un
pedazo de papel, como lo expresara en su momento dado el ex presidente de la
república, Dr. Joaquín Balaguer, quien siempre la manejó a su antojo, términos
estos que fueron duramente criticado por
muchos de los actuales actores profanadores.
Este tipo de acción es típico de las dictaduras
férreas, donde los actores políticos se consideran dueños del Estado dominado
por ellos, aún mayor cuando tienen la aceptación de numerosas “cuyayas
enjauladas” que sirven de portavoces sin
ningún miramiento a cambio de unos cuantos pesos.
Y no es para menos, ya que la situación de pobreza que
se vive en República Dominicana, no permite la autodeterminación del criterio,
porque su gente de algún modo tiene que vivir, aunque muchos ciudadanos pierden
su dignidad, siempre detrás de un objetivo y es el poder escaparse de la
miseria en que se encuentra este país.
La población está
en una encrucijada y llena de miedo, porque le falta cubrir sus necesidades
perentorias, y sobre todo, por la inseguridad ciudadana en que se encuentra
toda la nación, movido en gran parte por la delincuencia común escapada de las
manos de las autoridades, y el narcotráfico promovido inclusive desde muchas
instituciones del Estado, especialmente, por aquellas que están presta a brindar
la seguridad a toda la población.
Este país no necesita una reelección presidencial,
sino un verdadero cambio político, económico y social, es decir: República Dominicana
necesita una profilaxis política, capaz de cambiar un sistema de narco estado,
por un gobierno de bien que favorezca a toda la población y no a un puñado de
personas que se encuentran atrincheradas para depredar el Erario Público,
engañando al pueblo con un falso progreso, pregonado por agentes pagados con
los dineros sacados de los impuestos que
paga cada ciudadano.
El presidente Medina, dijo también que solo bastaría
el rumor publico contra cualquiera de sus funcionarios y quienes fueran tildados
de corruptos serían llevados ante los tribunales, donde deberían demostrar sus
honestidades, sin embargo en su gobierno a pesar de las grandes evidencias
hasta el momento no se ha apresado a uno solo de ellos, ya que los tribunales
del país se han convertidos en circos para entretener a un hambriento pueblo
que se conforma con cualquier migaja.
El gobierno dominicano habla de un crecimiento
económico, sin embargo el pueblo se muere de hambre, más de un 40% de su
población en edad laboral se encuentra desempleada y más de un 20% vive del
chiripeo, mientras que gran parte de la población activa no deviene un salario
suficiente, capaz de cubrir la canasta familiar, es por ello que se debe
considerar como un insulto la palabra “continuismo”, porque solo las dictaduras
reducen a sus pueblos a la obediencia del sistema dictatorial.
La República Dominicana se encuentra en un callejón
sin salida, donde gran parte de su población carece de alimentos, sanidad,
educación, seguridad, techo y autodeterminación, donde determinados
funcionarios recomiendan a los jueces, controlando con ello la justicia, con
las cuales burlan todo tipo de acusación, fiscales son cómplices del
narcotráfico, y de este último se benefician ciertos políticos de manera
directa o indirectamente, quienes han hecho alianzas financieras con
narcotraficantes nacionales é internacionales con la que muchos de ellos logran
alcanzar posiciones dentro del Estado.
Con los gobiernos del PLD la tijera social se ha
abierto aún más en contra de la clase desposeída, razón por la cual este país
no necesita que le sigan mintiendo, sino
que se le escuche y se le ayude a superar la desigualdad en la
distribución de las riquezas existentes, ante que suceda una explosión social,
por lo tanto en vez de reelección, lo que necesitamos es una mejor
administración.
Que Dios se apiade, bendiga y proteja a todo el pueblo
dominicano, ante el mamotreto reeleccionista metido por debajo de la puerta por
parte del Comité Político del PLD, que debe considerarse como un duro golpe a la democracia de este sufrido
país, y que pretende realizar una Reforma constitucional violando todos los
parámetros existente con tal de retener el gobierno central y por encima de la
voluntad popular, profanado cada 4 años la Constitución, como si esta no
significará más que un pedazo de papel.
La autora es periodista