Lic. Olga Capellán.-
En la República Dominicana anda todo torcido, negocios
turbios, corrupción por los cuatro costados, narcotráfico a la orden del día,
tráfico de influencia, pobreza inaguantable, delincuencia, criminalidad,
muertes por encargos (sicariatos), alto costo de la vida, la educación por el
suelo, falta de salubridad, violencia intrafamiliar, alquileres casi imposibles
y lo último: en el servicio exterior se soltó una olla grillos, o mejor decir
se abrió la “cueva de las serpientes”.
Las cancelaciones de altos funcionarios de la
cancillería efectuadas en esta semana ha sido una iniciativa tarde, pero en fin
una iniciativa, y se debe aplaudir que a pesar de los obstáculos encontrado por
el presidente medina, para tomar dicha decisión, lo hizo tumbando una muralla
de contención erigida por el clan del propio canciller de la república, Ing.
Carlos Morales Troncoso, persona que por los años que lleva dirigiendo esa
institución se dice que la echó raíces.
Hace tiempo había recibido denuncias sobre estos
funcionarios y sus acciones en el tren diplomático, nos abstuvimos de hacerlas
de público conocimiento por razones obvias, pero sin echar de lado la idea que
el servicio exterior del país de una manera u otra tiene que ser adecentado y
ya el presidente de la república comenzó a ejercer su labor en tal sentido.
Soy de las personas que creen que las cancelaciones de funcionarios y del
personal diplomático no se deben detener ahí, ya que es palpables el
abultamiento de las nóminas en dicha cartera, en su mayoría en puestos
ficticios, botellas y personal no cualificados, es decir no actos para ejercer
tales funciones.
Tenemos informaciones de algunas personas que ostentan
altos rangos diplomáticos que carecen hasta de un bachillerato, sin embargo son
políticos del partido de gobierno o de sus aliados, y por ello se hacen
meritorios de sus respectivos cargos, cuando no deberían serlos.
La Cancillería de la República Dominicana cuenta con
un elevado número de personal diplomático diseminado por el mundo, por encima
inclusive de algunos países considerados grandes potencias, no solo por su
desarrollo económico, sino también por el número de habitantes que poseen y a
pesar que esta media isla, al no ser por los haitianos no llegaría a los 10
millones de ciudadanos.
El mismo es un problema para el presidente de la
república, dado el caso del abultamiento del servicio consular heredado del
antiguo presidente Leonel Fernández y Reyna, además de que también él al no
poder deshacerse de la maldita herencia ha tenido que nombrar sus propias
botellitas, lo que ha venido a empeorar la situación; ¿y de qué manera?
Sabemos que algunos funcionarios no pueden ejercer sus
labores por asunto de enfermedad, como es el caso del cónsul dominicano en
París, que según denuncia, lleva alrededor de 8 años sin ni siquiera viajar a
Francia como debería ser, situación esta que ha sido denunciado inclusive por
algunos militantes peledeístas, aunque recibe una alta suma de dinero en dólares
por tales conceptos.- A personas en esta situación el gobierno debería
pensionarlas como demandan las Leyes del país para darles paso a otras en
condiciones normales.
Ante estos y miles de otros casos, pedimos al
presidente Danilo Medina, no detenerse en simple cancelaciones de un puñado de funcionarios
inoperantes y corruptos, sino también adecentar al Servicio Exterior, que en
definitiva es la cara del país ante el mundo.
Que Dios bendiga, se apiade y proteja a todo el pueblo
dominicano.
La autora es periodista
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