Himno a la Patria

jueves, 15 de febrero de 2024

LA REBELION DEL GORGOJO

POR: CHRISTIAN PANIAGUA …ese ruido -atípico- que viene despachando el rio en las últimas semanas tensa a la ciudadanía y preocupa porque; ¡eran muchos y pario la Abuela!: y destaco “preocupa” ante un “sonsonete” cotidiano que el Ser dominicano hay veces digiere pero que fastidia en tiempos de elecciones y la gente no quiere incertidumbres. No: lo que suena ahora arrastra notas revanchistas, celadas, tambores de guerra y otras sinfonías que, en boca de los que ladran, suena a rebelión. Y no cualquier rebelión -por sus decibeles- la cantaleta evacúa un “tipo” de saña que el presidente Luis Abinader debe analizar -en frio- y corregir el asunto con la elegancia que lo asiste. Esa ley 1-24 que ya la declinó Participación Ciudadana y otros “puros e impuros” y que mucha tela para cortar le está supliendo a la oposición política del país; vale derogarla -ipso facto- con la misma expectación que se le dio vida devolverla al útero donde se cuaje y, a su tiempo: que otra razón y mejores circunstancias la traiga a la existencia si, mejorías, es la naturaleza real de un proyecto que altera a las jaurías y siembra dudas en el ciudadano común y hasta en los más leídos -presos todos por las redes- se alzan dudas sobre la dirección real del viento y las finalidades de los que maldicen el “chisme” que nos ocupa. Soy de los que pone distancia ante los dimes y los diretes que inundan los medios con respecto a la propuesta 1-24 porque -escrito está- en política lo que no se ve es más grande y complejo. Pero ésta sinfonía del gorgojo es más una rebelión para infectar que para edificar, y, eso; preocupa al ciudadano común y decente que ni tapándose los oídos ni sacándose de rais los ojos evita las agresiones de esa “politiquería” inconsulta y ruin -deporte endémico de RD- y peaje a pagar -obligado- de quien pretenda huir de la cotidianidad al silencio del campo donde, al cabo hay poca vida y tiene uno que volver -con el rabo entre las piernas- al bullicio y la intolerancia de un urbanismo agreste que, por obra y desgracia del político- es donde “pica el peje” y deambulan las “oportunidades”, posibles, para el lambón y para el de a pie. ¿Por qué traigo la inocencia del Gorgojo al tapete? Simple -somos un producto- en la casa donde crecí se paleaban gorgojos los 365 días del año -mi Papá era agricultor- y, sin ofender al bicho; dígales que conocí bien su naturaleza dañina, y su astucia para contaminar y expandirse a otros granos. Ese insecto Sitophilus granarius y que los hay asexuales, pero también bisexuales, fecunda hasta en reversa -primo del acaro, del piojo, de la chincha y la ladilla- su razón de ser es “joder el parto”: digamos que, surgidos, los renacuajos; de la creación errónea de Lucifer que narra Rafael Peralta Romero en su cuanto Segunda fase de la creación, de la página 96 de su libro CUENTOS DE VISIONES Y DELIRIOS. (En remojo dejo la responsabilidad del escritor y que explique a ¿cuál entidad de la creación quiso imitar Satanás cuando despachó a esa sarta de malandros al mundo fenomenal?) Ya no a la oposición política del patio que -sin discurso- conocemos sus cánticos oportunos y cómo superan al Gorgojo y afines en sus apetencias personales, contaminando los frutos sanos y buenos que los dominicanos -con sacrificios- llevan a sus mesas cada día y noche para saciar, además del espíritu, los reclamos del estómago. Luego: atendiendo a que somos “Animales políticos” -sugiere este pecador- ¡presidente Luis Abinader!, devuelva a sus dinteles a esa jauría opositora que a son de cacareo distraen su intención de servir y de ser útil y siéntase bien y pleno porque -en política- hay veces vale más retroceder un pie antes que avanzar una pulgada. ¡Ándele! Vea lo positivo de “lo que pudo haber sido y otro lo echó a perder”. Celebre que prosperó su genuina misericordia de -gobernar para todos- al darle de comer -buen rato- a los buitres del patio; remanentes de la manada que somos e hijos también del universo, pero que además: son útiles para la salud de la democracia que este pueblo exhibe y que inspira a gobernantes como Nayi Bukele, que, más de una vez ha elogiado nuestra estabilidad y al presidente Luis Abinader, puntero en la preferencia del voto dominicano y -primos, los mandatarios, por descender ambos de Abraham-. Agúcese, señor Presidente: escuche los ruidos del rio y suelte en banda la Ley 1-24. Diviértase haciendo lo correcto -carta de presentación muy suya- y siga trabajando -alegre- como sugirió el poeta Tagore “…si canta, pero presientes que nadie escucha tu canción, no importa; canta, continua cantando” Así -sin prisa pero sin pausa- avance lo pautado -4 AÑOS MAS- como un León alfa, que, en la llanura, evita árboles altos y frondosos pero copados de guacamayos y monos que nunca se callan, peleándose migajas y despachando al suelo gollejo, semillas y virutas que no le dejaran descansar, ni concentrarse. Sí. Mejor retírese -astuto- a la cobija de árboles de menor sombra y tamaño, pero dignos de su respeto e investidura, donde ni monos, ni “Vocinas”, ni gorgojos ladinos y bisexuales alterarán su paz, jamás…

No hay comentarios:

Publicar un comentario