Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán
En los últimos años en la República Dominicana se han
forjado todo tipo de violencia a nivel general y nos preguntamos el o los
motivos por el cual éste país que hasta hace poco tiempo había sido considerado
uno de los más felices del mundo, haya dado ese cambiado y se cometen tantos hechos lamentables, sin grandes explicaciones
al respecto, aunque es obvio que existen muchos componentes para que en el
mismo sea ahora más que feliz un pueblo temido por gran parte de sus ciudadanos
y sobre todo por nuestros visitantes.
Los dominicanos que siempre se caracterizaron por ser
un pueblo honesto, hospitalario y de gran amabilidad, pero en los últimos tiempos solo se percibe apatía
en ellos y son violentos como en los tiempos salvajes, aunque siempre con sus
excepciones, como es lo más natural.
Este pueblo ha perdido los valores éticos por lo que se
caracterizaba su gente y se percibe que solo el más fuerte posee un gran derecho, convirtiéndose
algunos de sus ciudadanos, aquellos que llevan el mando en ley, batuta y
constitución.
La situación de
pobreza por la que atraviesan
actualmente gran parte de los dominicanos hace que muchos ciudadanos pierdan el
horizonte y reaccionen muchas veces de manera negativa, aunque en el fondo se
trate de un asunto solo en el subconsciente, movido a veces por el stress y
falta de comprensión, ya que nadie quisiera ser ese prototipo irracional.
A diario vemos en los diversos medios de prensa como
la violencia se ha apoderado territorialmente en todo el país y los ciudadanos
comunes ya no tienen esa tranquilidad, todo el mundo vive con desasosiego, es
decir: aquí falta hasta la tranquilidad familiar, o porque una oveja negra de la acera de al frente te robe la tuya, peor aún porque no existe
una verdadera autoridad que pueda parar esta situación y es que en este país se han perdido los
principios al igual que los derechos fundamentales.
Un pueblo puede ser feliz cuando no sufre carencia,
lamentablemente en República Dominicana se carece todo, no solo la tranquilidad, sino también,
la justicia y la transparencia en los manejos de los asuntos, donde pocos los
tienen todos y muchos no tienen nada.
El problema de la salubridad se ha convertido en el
principal dolor de cabeza de la ciudadanía, sobre todo y luego de la
privatización del sistema de salud, donde al pobre se le obliga a tener un
seguro médico y aún teniéndolo tienen que pagar altas sumas de dinero por
consultar, ingreso clínico y de las medicinas ni hablar.
La privatización de los hospitales públicos fue el
peor engaño que tuvo el gobierno central en contra de la ciudadanía, porque a
partir de ahí se les coartaron sus derechos.
No todo el mundo tiene un seguro médico y aquellos que
si los poseen, están obligados a pagar un complemento económico que muchas
veces son mayores a las coberturas de las a seguranzas, es decir: con este
capítulo mordieron al pueblo por la espalda sin que él lo notara en su hecho.
Más del 40% de la población dominicana está sin
empleo, más de un 30% no percibe un salario adecuado a sus necesidades
familiares, 20% deviene un salario regular
y solo menos de un 10% vive en la opulencia en esta nación, donde las riquezas del país no son distribuidas
equitativamente entre sus ciudadanos y la tijera económica cada día se abre más
hacia el lado de los pobres, es por ello que se debe considerar a la tierra de
Duarte, Sánchez, Mella y Luperon como un país sin esperanza, a pesar de la
luchas de estos héroes por un mundo mejor.
Violencia ejercen todos aquellos ciudadanos que se
sienten con un poco de autoridad, violencia ejercen los cuerpos represivos
contra todos aquellos que no se doblegan a sus órdenes, violencia ejerce el
propio Estado, negando a su pueblo un medio eficaz de subsistencia, violencia
ejercen algunos niños, porque solo entre ella han vividos por encima de la
inocencia.
Cada día se leen las notas noticiosas destacándose
diversos hechos violentos, dando una impresión de que en República Dominicana
se vive un estado de terror y esto no lo puede evitar nadie porque se deben a
una realidad existente, secuestros, narcotráfico, sicariatos, violencia
intrafamiliar, violencia de Estado contra los derechos humanos y sobre todo la
violencia ejercida por los cuerpos policiales en contra de los ciudadanos
comunes en nombre de combatir la delincuencia que muchas veces ellos mismo
proliferan, porque entre ellos se acunan grandes delincuentes que extorsionan
al pueblo o que apañan y cuidan a grandes delincuentes.
Por último, mientras no haya autoridad alguna que
controle dicha situación, en este país solo se vivirá bajo miedo y amenazado
por los diversos actos violentos que se cometen todo los días en los diversos
puntos del territorio nacional, mientras los políticos miran con ojos de complicidad
y al pueblo que se salve el que pueda, y fue así como la felicidad del dominicano
se perdió hace tiempo.
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