Opinión
En nuestro país la República Dominicana la gente la
toma en su mayoría para irse de playa, los poderosos de la economía nacional viajan al extranjero a darse la buena vida y
los más humildes se quedan en sus hogares, no solo porque huyen al agobio del bullicio, sino también por la
falta de recursos que le permitan una movilidad hacia otros lugares y prefieren
pasarlo en familia, como en realidad debería ser.
En República Dominicana, solo para este domingo de
asueto ya se ha anunciado la muerte de unas 24 personas por diferentes motivos,
entre ellos accidentes de tránsito, ahogamientos, de mano de la Policía
Nacional y otros motivos, no apropiados para la época.
Actualmente el mundo está lleno de odio, todo esto en gran parte por el control del poder, en los
países donde predominan otras religiones fuera de la católica, apostólica y
romana, se encuentran enfrascadas en guerra civiles y otras revueltas que
impiden la tranquilidad ciudadana, y es que los intereses que predominan en
tales regiones son grandes, como grandes son también las diferencias entre las
religiones que cada día acaban con vidas de los humanos y otros seres vivientes.
En algunos países productores de petróleo o del oro
negro, como suelen llamarle, a pesar de la gran riqueza que esto produce, los
pueblos en sí son demasiados pobres, porque la riqueza de los mismos no es distribuida
con equidad y sobre todo en aquellas naciones con altas cifras de analfabetismo,
siendo las más frecuentes en África, Asia y Latinoamérica.
El mejor ejemplo lo es Guinea Ecuatorial, que a pesar
de ser el tercer país mayor productor de petróleo en el continente africano, es
una de las naciones más pobres de la región subsahariana, ya que toda la
riqueza queda en las manos del presidente Theodor Obiang.
La iglesia católica hace un llamado más que a la reflexión, al perdón,
mientras que muchos de los ortodoxos del Este y los musulmanes del Norte de
África, Medio Oriente y Malaysia prefieren empuñar las armas para luchar por lo
que ellos llaman su causa y la defensa
del Corán, donde cometen grandes barbaries en nombre de la religión, aunque no
justificada pero temida por la mayoría.
Algunos pueblos de aquellos que se encuentran azotados
por el narcotráfico sufren también las consecuencias de la maldad y la
ambición, situación que ha sido imposible de impedir ni siquiera en las grandes
naciones, solo en países como Holanda donde la droga se comercializa
libremente, no existe la rivalidad por la comercialización del producto, y ya
es mucho por decir.
Hay que tomar en cuenta que la falta de alfabetización
de los pueblos es la mayor causante de los conflictos sociales y del poco
desarrollo económico existente de los mismos, en la República Dominicana a
pesar de la tan cantaleteada alfabetización con diversos programas, entre ellos
Quisqueya aprende contigo, sigue teniendo una alta tasa de personas iletradas y
aunque no es productor petrolero, como dije antes, la pobreza abarrota a gran
parte de la población, capítulos que el gobierno central está obligado a
combatir, al igual que la corrupción tanto gubernamental, así como en el sector
privado.
Cuando se erradiquen todos estos males y los pobres
tengamos otro estilo de vida, entonces podremos
decir: hemos llegado a la meta, sin importar en cuál rincón de la tierra nos
encontremos.
La autora es periodista
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