El gobierno de Luis Abinader está haciendo con Ángel Martínez, lo mismo que hizo Danilo Medina con Quirino, un narco usado como hombre serio y de palabra. Ambos traídos desde el Norte, por que el plan es siempre yanquis, siempre manejado desde Washington . Trajeron a Quirino para impedir que Leonel volviera y Danilo creyó que sirviendole al Yanqui le mostraría gratitud y todo cuanto recibió fue la llamada de Pompeo. Ahora tenemos a Ángel Martínez denunciando que dos mujeres se acostaron; Anja, y desde cuándo dormír juntos es un delito. Lo único que se ve en el showroom es que Faride Raful, quien debería estar jugando un moderno papel en la llamada guerra contra las drogas, ha sido aislada y silenciada, como el Yanqui lo quería.

Faride Raful, la ministra de interior, no es estúpida, sabe más que ningún otro funcionario del gobierno que la guerra contra las drogas es una porquería, una falsedad de Washington y en consecuencia su política debió alinearse con Colombia, Chile, Venezuela, México y Brazil, pero Washington logró aislarla de América, quitarle el negocio de las manos y concentrarla en la defensa de una moral que ningún ser considera propia de un político.

Todos los funcionarios de la administración Abinader han sido un espantoso fracaso, basta con mencionar tres: Ministro de educación, ministro de obras públicas, ministro de hacienda… La elecciones de Abinader han sido tan malas que ya se dió por vencido y le entregó el ministerio de hacienda a Danilo Medina.Faride Raful estaba llamada a ser la expectativa, pero cayó en las redes yanquis y Washington sigue manejando sus guerras contra las drogas como un instrumento para tener en los inodoros a los conocidos dirigentes políticos.