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El Nuevo Diario

Opinión

Ejemplo de una niña

 

Actualizada el lunes, 16 de diciembre 2024 | 10:23 am

 

Por Víctor Elías Aquino

Un día, fui testigo en el tiempo del caso de una niña que, en minutos se convirtió en adulta, maestra y ejemplo de vida para un noble de Gales; uno de los países que forman la isla de Gran Bretaña, en el océano Atlántico, justo en las costas de Europa.

El Salmo 119, es el más extenso de La Biblia, tiene 176 versos, fijo mis ojos marrones mirando a través de cristal como de una lupa, y entonces pienso y casi sueño que me convierto en el topógrafo que fue mi padre Anselmo Aquino Ramos, y sin pestañar capturo la imagen del verso 14, donde leo: me he gozado en el camino de sus testimonios, más que toda riqueza.

A propósito de texto, Charles Spurgeon, conocido como el “príncipe de los predicadores” relató el caso de un incrédulo renombrado, mientras viajaba por Gales, le dijo a una niña a la cual vio leyendo su Biblia: “Bueno, querida, veo que estás haciendo tu tarea”.

La infante, lista como guerrera en batalla dispara su respuesta como un cohete ¿Tarea, señor –respondió ella- ¿ A qué se refiere? Y en seguida afirma estoy leyendo La Biblia.

Entonces, desde el interior de su corazón le pregunta: “¿Acaso tu madre no te dio un capítulo para leer? Si mi madre quisiera castigarme, no me haría leer La Biblia”.

El predicador inglés habla de las delicias cristianas en estas palabras: “Cuando la religión resulta deleitosa, es genuina. La Cristiandad verdadera “ es como una cascada de agua: toda fresca y destellante. Me gusta ver como brilla: un pequeño destello de religión, una chispita de gozo y deleite”.

Cierro este artículo, con una oración y deseo que cada vez que más amemos vivir la palabra de Dios, lejos…muy lejos de monotonías infructuosas, vacías, que no llenan el alma y no tienen a Jesucristo.

Finalmente le dijo :” No señor si mi madre quisiera castigarme, no me haría leer La Biblia. Es el libro más deleitoso de todo el mundo; ¡ y para mí es un placer cada vez que tengo un rato a solas para leer mi Biblia. Más adelante, confesó que le encantó encontrar algo de religión genuina”.

 

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