POR: CHRISTIAN PANIAGUA
…si Lois Lane, novia de Superman, hubiese estado la noche de la tragedia en el interior del Jet Set, esperando a su novio Clark Kent, que llega a los predios -un minuto tarde- horrorizado, tras su oído biónico escuchar el último suspiro de su amada, bajo escombros: ¡Aguaite! Por la fuerza del amor -el galán- desgarrando su camisa habría volado a la velocidad de la luz, hasta las afueras del planeta,donde, orbitando la tierra en contra de su rotación, devolvería el tiempo hasta antes de la desgracia y ¡amen! Todos salvos: ¡que siga la fiesta. Pero, la realidad -corrupta y sagaz- en esta media isla, supera toda ficción… y, de repente, solo llantos y lamentos orbitan la atmósfera de nuestro “Santo Domingo no problema”.
¡Maldita realidad nos abatió¡: la muerte, inflexible, meliflua; superando todo asombro, bajo escombros -mal contados- sepultó dos centenares de almas, inocentes y, auncontando. (…226 “asesinados”, concluye el pueblo llano, mientras, la Defensa Civil y otras dependencias, precarias, lentas y amantes de lucirse en los medios; saben de otras cifras,pues, allí departían 900 y tantos condenados, de modos que -lógica simple- la cantidad de muertos superaría los 400). ¡Chucha madre! Y ahora ¿quién podrá defendernos? La gente –en todas parte– anda abatida por la tristeza. Acusan que ese techo se desplomó sobre la vergüenza de un Estado que no fiscaliza, con instituciones simbólicas -caricaturas porque, voluntarios; no devengan sueldos– y -esa realidad-llama al presidente a que actúe, que no se fie en informes viciados de funcionarios vagos. Leyes y reglamentos motivados a prevenir y supervisar -todo tipo- de obras, sobran. Pero, es evidente que en la República Primada de América los buenos oficios -a menudo- son superados por el soborno y por madame impunidad.
La razón exige templanza: ni Chapulines ni Superman bastan, para devolver tranquilidad a una comunidad asustada, temerosa a otros derrumbes -peores- si no se toman correctivos…Dicho eso; nos queda la Justicia Dominicana: empleada a fondo. Que gobierno y agencias afines a la supervisión se empoderen, pero, ahí es donde la puerca retuerce el rabo, porque, en el aire -a un lado de la cancha- flota la pregunta de los *64 mil chavitos* ¿habrá consecuencias, gente presa? Que la espera no sealarga. Subyace la duda, ante un escenario donde -al otro lado- se pasea la CULPA -desafiante- como un toro bravo, atenta al panorama: a ver ¿quién se atreve a acusar? Cómo es el rostro del valiente que la enfrente, que la asuma, entera.
Ningún tribunal de la República –jamás– conoció a semejante acusado: la suerte estáechada. La querella parió un “negrito” llamado Culpa que -históricamente- nadie lo reclamó suyo. Luego, la prudencia llama a advertir: a cuidar la investidura de nuestro primer ejecutivo, culpable favorito:¡presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, NO SE ECHE ESOS MUERTOS! Que la culpa deje de ser huérfana. Que El, o los responsables respondan ante la justicia. Así de simple. Tibieza, en los manejos de esa tragedia, además de alentar odios por varias generaciones de dominicanos y de ajenos, inconformes; semejante precedente -funesto- sería otra mancha -enorme- en los anales de una justicia -súper- cuestionada que, con aquel caso de Félix Bautista, se instaló lainfamia en los tribunales nuestros -mientras- despachó la razón a los fondos del infierno: ¡miérquina! todo asomo de justicia -de un plumazo- ido a la parcialidad y al sepulcro, atosigada por aquella fanfarria peledeístay la sarta de perversos que la patrocinaron.
Reitero, presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, por nada ni nadie produzca sombra para el escarnio. No le tienda alfombra a la impunidad. La sociedad le vio llorar frente al sitio de la desgracia -gran Ser humano nos gobierna-. La gente se sumó a su dolor. ¡Aleluya! Ante ese acto me inclino: celebro cómo se eleva la razón. Que no deambulen en la conciencia de culpables y cómplices los muertos del Jet Set, como yerran -de reenvío en reenvío- los muertos -olvidados- de la tragedia de San Cristóbal del 14 de agosto de 2023.
¡Alerta! Cuidemos nuestro mejor activo. La plebe de alcurnia ya hilvana madejas de entuertos donde podría maniatarse la querella. Sí, en los medios y por lo bajo resuena un cositeo, como fuelle, soplando impunidad a granel: la vaina va en oleadas al contubernio, suficiente para ahogar toda acusación y que permanezca huérfana la culpa.
Advierto que de algo hay que estar seguro -suben las apuestas-: La tragedia de ahora no quedará impune. Escríbase en el cielo: la querella no perecerá en gavetas oscuras, como ese lugar del sacrificio. Sociedad y dolientes están a una; exigen justicia -pura y simple- y, la Plaza de la Bandera llamará a vigilia, permanente, fogosa, si es menester… Luego, lasimple apreciación llama a no aceptar “gatos por liebre”. Que de la Presidencia se despachen correctivos... Que los expedientes caminenerguidos… -con prisa y sin pausa- Que Palacio le cierre la puerta al compadreo. Cero dispensas a las “comadres”. A todo el que acuda despachando risas a cambio de impunidad. La gente no es tonta: las redes que alentaron “La Primavera Árabe” sirven para este lado del mundo también. Debajo de este Cielo nadie se chupa el dedo y, a esos cabilderos, infames, que apuestan al olvido, todo mundo los conoce:labia y dinero tienen para comprar jueces y voluntades, pero, la insensates no triunfara -¡NO PASARAN! – Y -en honor a la prudencia-que nada viciado atraviese la puerta del despacho presidencial.
Mi llamado se alza en nombre de las víctimas, de parientes y ciudadanos -dolidos- por la tragedia del Jet Set. Que no se le cargue el dado al gobernante de turno: el caso llama a la reflexión -a prevenir- no a matar reputaciones… -no se politice la desgracia-. Construir una hoja de vida, correcta, cuesta. Pero, fácil se arruina si se sueltan al aire suposiciones apresuradas o mal sanas. Vale másalentar la mejor justicia. Que las agencias -afines al caso- se emplean a fondo para rendir –curar heridas– y, nunca, jamás permitir que se mancillen los nombres de flagelados y parientes: morir bajo seis capas de losas -cómplices- fue demasiado, como para que se sumen burlas a los manejos deldolor de las víctimas; y sus derechos…
En ese orden; pido un aplauso para los buenos samaritanos que -desafiando el peligro- a pecho abierto se abrieron paso entre escombros y auxiliaron a las víctimas. ¡Gracias muchas! A todos y a todas: sociedad y servidores públicos;ayudemos a que el primer mandatario se crezca, que continúe defendiendo a los difuntos y heridos como si sangre suya fueran -porque lo son- el pueblo que elige; protección y bienestar merece.Comoigual merece reprimendas y castigo el ciudadano -rico o pobre- que transgreda la ley.
Escrito está, “…no es culpa del Juez la condena impuesta, sino del acusado por su mal proceder”.
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