El capitalismo de la inyección

Por Miguel SOLANO El país celebró la consumación del plan peledeista de acomodar, anualmente ,en esta parte del suelo quisqueyano 10 millones de turistas. Esos 10 millones están llamados a traer unos 14 mil millones de dólares en ingresos. Sin embargo, el mismo día que se hacía el anuncio de los 10 millones de turistas, el Banco Central y sus socios anunciaron derramar en el mercado de divisas 200 millones de dólares para tratar de detener el aumento de la moneda gringa que se había disparado a 57.90. Y luce sin frenos. ¿Por qué? La razón está en el modelo económico. Aunque se cantaletea que el capitalismo es libre mercado, todo es mentira. A la República Dominicana se le impuso un modelo económico basado en tres sectores: turismo, zonas francas y financiero, que le sirve de base y entrebase. Los tres sectores reciben ingresos en dólares, pero pagan salarios y servicios en pesos. Cada vez que quieren reducir los costos en salarios y servicios, presionan para que la tasa de cambio se incremente. Así han logrado que desde octubre a diciembre haya pasado de 56.25 a 57.90. Le pongo el siguiente ejemplo para que usted tenga alguna idea de cómo ocurre la estafa. Si usted ganaba 500 dólares mensuales y la tasa de cambio era a 56 por uno, su salario real era de 28 mil pesos, tres meses después la tasa de cambio pasa a 58 por uno, entonces tu salario se reduce de 500 dólares a 483 dólares. En tres meses usted perdió 17 dólares. Eso le ocurre a cada trabajador. Esa es la gran estafa. Eso lo saben todos los empresarios y yo se lo he explicado a todos los políticos, pero sólo son cómplices en el planificado modelo de expansión de la miseria. “Por cada 10,000 turistas que llegan, se generan ingresos en impuestos por RD$100,000, US$12 millones de ingresos en divisas brutas, se crean 882 nuevos empleos y se requieren 122 nuevas habitaciones”. Agregué que de acuerdo con las cifras oficiales “las compras del sector turístico superan los 300 mil millones de pesos”. Por cada 10 mil turistas que entren al país, los empresarios, a través de la tasa de cambio, tendrán 882 trabajadores que estafar. Los dominicanos han reaccionado huyendo del sector y dejándole la libre esclavitud al negro haitiano que encuentra en el Vaivén de las olas financiera un cariño nuevo. El Banco Central, máster de la gran estafa, de vez en cuando, para mostrar la capacidad de su cinismo, aparece anunciando que inundara el mercado para controlar el insaciable. Sus anuncios justifican el juego y los empresarios compran las monedas que ellos mismos lanzaron al mercado, mientras los trabajadores, día a día y minutos a minutos se hunden en la tierra lejana y en la triste campana.