Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán
La migración se ha convertido en un problema
internacional, aunque por diversas razones, ya sean estos políticos, económicos
o socio-culturales y de otras índoles, de las cuales en su mayoría estos
ciudadanos del mundo terminan siendo deportados de los territorios receptores;
al no poder lograr un estatus que permita una permanencia legal en esos países
a los que han emigrados.
Es por ello que muchas instituciones relacionadas a la
defensa de los derechos ciudadanos han emitidos una voz de alerta, en busca de
que se preserven estos derechos civiles y fundamentales cotejados por diversas
convenciones, entre ellas: La Convención de Viena, El Tratado de la Haya, El
Acuerdo de Roma y el Pacto de Varsovia, entre otros.
Uno de los más importantes de dichos acuerdos lo es el
Tratado de la Haya, firmado en el año 1961 y en su Artículo 2 señala que cada
uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar a
todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su
jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión de otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social
Así mismo, el Artículo 3 dice: Los Estados Partes en
el presente Pacto se comprometen a garantizar a hombres y mujeres la igualdad
en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el presente
Pacto.
La República Dominicana que también es signataria de
esos acuerdos la situación migratoria ha provocado un conflicto social,
extendido a nivel internacional en relación a que cientos de miles de
extranjeros se encuentran de manera irregular, ciudadanos haitiano en más de un
90%, quienes a pesar del Plan de Regularización implementado por el gobierno
central, no ha sido suficiente para resolver dicho problema, teniendo que
intervenir diversas instituciones de Derechos Humanos, en busca de una solución
satisfactoria, humana y justa, lo que ha sido considerado como una injerencia
en los asuntos soberanos de dicha nación por algunos Estamentos gubernamentales
y personalidades de diversos quehacer nacional.
Ese mismo problema lo enfrentan, además de los Estados
Unidos de América, otros países del área latinoamericana, incluyendo algunas
islas caribeñas que han tenido que soportar el flujo migratorio haitiano,
incrementado luego del terremoto del 2010 que devastó esa pobre nación en más
de un 80%, dejando a millones de ciudadanos en la inopia total, sin techo, sin
trabajo, sin escuela, sin salud y sin una base de sostenimiento familiar.
Actualmente diversos países del Viejo Mundo se
encuentran pasando por dificultades, dado el flujo migratorio de los últimos
tiempos, los más afectados son España é Italia por la cercanía del
Mediterráneo con el norte de África,
donde miles de ciudadanos dejan su vida constantemente en el intento de
travesía por la vía marítima.
Estos ciudadanos, además de buscar un refugio
político, son también exiliados económicos, que huyen de la pobreza y a los
gobiernos autoritarios y a las constantes Guerras Civiles escenificadas en
diversos países de donde proceden.
Pero también se dan casos especiales donde un gran
número de ciudadanos son rechazados a permanecer en otros territorios por una u
otras razones.
Recientemente en Holanda, algunas instituciones
denunciaron los casos por el cual muchos ciudadanos con raíces migratorias se
están quedando en una especie de apátrida, ya que el Reino de los Países Bajos
no admite la doble nacionalidad y todos aquellos ciudadanos hijos de padres
extranjeros que adopten nacionalidades de los orígenes de sus progenitores están
expuestos a perder su nacionalidad holandesa y a ser expulsados de su
territorio.
Fue por ello que el defensor del pueblo y otras
instituciones de defensa al ciudadano han emitido una voz de alerta, al tiempo
de acusar a los diversos cuerpos diplomáticos con sedes en los Países Bajos, de
no orientar debidamente a sus conciudadanos, muchos de los cuales ofertan una
doble nacionalidad, con fines políticos en su mayoría, lo que sería un grave
error, ya que automáticamente se pierde la nacionalidad holandesa y corren el
riesgo de ser expulsados del territorio holandés.
Según un escrito publicado a principios de esta semana
en el ND.NL dieron a conocer que más de 500 personas se encuentran en una
situación de limbo ciudadanos y aunque se mira la posibilidad de que estos
adquieran una residencia holandesa, pero ya muchos han sido expulsados del
territorio holandés y entre ellos existe un gran número de ciudadanos
holandeses hijos de padres de origen dominicanos, que perdieron su nacionalidad
por haber adquiridos una cédula o un pasaporte expedidos por la Junta Central
Electoral y el Consulado de la República Dominicana.
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