Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán
Hemos vuelto a los tiempos que muchos
dominicanos están deseando el regreso al poder de Rafael Leónidas Trujillo,
para que implemente orden y respeto a la patria dominicana y a sus
instituciones, a pesar de que muchas de estas personas no conocieron ni vivieron esta funesta época del tirano del Caribe,
esto es penoso y muy lamentable, pero es cierto.
Para muchos compatriotas le he cuesta
arriba saber y pensar que otros de sus conciudadanos deseen el regreso de una
dictadura, sin embargo y de hecho ya nos
encontramos en ella de manera silenciosa
sin reglas, y con la eliminación del poli partidismo en el país
quedó claramente evidenciado.
Trujillo gobernó con manos férreas en
el aspecto político é irrespetó los derechos de sus opositores, más sin embargo
en cuanto orden fue un modelo a seguir, porque el sátrapa de la época no se
perdía en presentar la mejor imagen de su país, libre, soberano y con gran
desarrollo.
Ahora nos encontramos en los nuevos
tiempos y los nervios de la gente están muy tensos, y no es para menos, pues
estamos viviendo con un nuevo modelo de gobernar, donde las instituciones
públicas se encuentran en una especie de secuestro y solo un grupito de la
población tiene acceso al bienestar ciudadano.
Pero es que República Dominicana es
un país especial, donde los cuerpos del orden público se comportan como una
banda de malhechores, los políticos gobiernistas saquean al Estado y hacen lo
que les vienen en gana con los asuntos del país, muchos de los cuales apegados
a sus inmunidades diplomáticas o parlamentarias, o simplemente aplican el poder
de la fuerza.
En el país no existe la justicia y
las organizaciones internacionales, a ellas no se le permiten intervenir,
porque son acusadas de injerencistas, cuando estas no vienen a avalar los
planes implementados por los sectores de
poder, el ejemplo más patético lo es el de la OEA, que cuando viene a
inspeccionar elecciones amañadas y que favorecen a la podredumbre dominante,
entonces está cumpliendo con su deber, pero cuando viene y le señala los puntos
incorrectos puestos en práctica por ciertas instituciones del tren
gubernamental, entonces ésta automáticamente se descalificada para intervenir,
de acuerdo a los nuevos defensores de la “patria”, ello así para no cumplir con
los postulados del derecho internacional y evadir la aplicación de sanciones.
En la República Dominicana a algunas
figuras del quehacer político nacional se le han sindicado como socios de los
violadores de las normas y la buenas costumbres y las autoridades competentes
en vez de aplicarles todo el peso de las leyes existentes, mejor les premian, y un buen ejemplo de lo que expongo,
fue el nombramiento en un cargo diplomático a un ciudadano que había sido
sorprendido días antes en el tráfico de haitianos introducidos al país por este
de manera ilegal.
Para los políticos dominicanos no
existen límites ni parámetros, es por ello que podemos encontrar con algún
barbero ejerciendo cargos diplomáticos, por el simple hecho de ser militante de
la coalición de los partidos gobernantes, mientras que miles de profesionales de
diversas áreas deambulan por las calles del país sin encontrar ningún tipo de
labores donde puedan ganarse el sustento familiar.
A la gente se le miente y hasta se le
hace creer en un falso patriotismo, ya que la mejor forma de ser patriota es
cumpliendo con las normas y los deberes del país, por el bien de la nación y
por la patria, y así se consideran.
En realidad los políticos dominicanos
se aprovechan de la ignorancia de gran parte de la población que no asimila la
aplicación de los procesos democráticos, por eso le dan pan y luego circo, en
un país de gente muerta de hambre, donde no se aplican las leyes a los
violadores, es por ello que nos encontramos colmados de narcotraficantes,
sicarios, delincuentes comunes y hasta holgazanes, corrompiendo a la sociedad,
o evitando el desarrollo de la misma, porque para gobernar y confundir solo se
necesita tener una nación de gente bruta, de lo contrario estuviésemos en otras
condiciones, despierta pueblo, despierta.
Que Dios bendiga, se apiade y proteja
a todo el pueblo dominicano ante el secuestro de la Res-Pública
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