Opinión
Organizando Ideas
Olga Capellán.
UNIÒN EUROPEA.-
El problema de los haitianos ilegales se ha convertido en un negocio
redondo para determinados sectores del país, para nadie es un secreto que con
el mismo son muchos los que se lucran con el sufrir de esta gente, porque en
realidad a nadie le importa el dolor
ajeno, sino cuánto dinero se echan en los bolsillos.
Según informaciones publicadas en varios medios de
prensa en lo que va de año más de 17 haitianos han sido deportados a su país desde
la República Dominicana, a pesar de que el presidente Danilo Medina, con su Ley
169-14 había pedido a las autoridades de migración paralizar las deportaciones
y hasta que se aclarase el impase provocado por la Junta Central Electoral, que
dejó a varios cientos de miles de ciudadanos en condiciones de apátridas;
siendo este un asunto de doble moral.
Es cierto que el gobierno central está en la
obligación de parar el auge de entrada (haitianización) al país, pero no es
menos cierto que el problema es un mal de fondo, provocado por el propio
gobierno, los empresarios y los celadores fronterizos de manera directa o
indirectamente, debido al mal manejo que hasta la fecha han dado al asunto y
por lo visto no existe interés de resolverlo, justamente por los cuantiosos
beneficios percibidos por todos estos sectores participantes.
El gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, fue el primero
en comenzar con la importación de manos de obras haitianas para el corte de la
caña a través del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) al contratar a estos
trabajadores para suplir la falta de obreros nacionales, no solo porque el
dominicano no se dedica al corte de caña, sino porque además de los bajos
salarios pagados a estos trabajadores que muchas veces laboran en condiciones
inhumanas de sol a sol, a estos se les engañan a la hora de la facturación
laboral, lo que no podrían hacer con los obreros dominicanos.
Es tan así que muchos obreros haitianos que trabajaron
durante más de 50 años en los campos cañeros, hoy languidecen sin ningún tipo
de prestaciones laborales, es decir: sin pensiones, seguro médico y otros
beneficios propios, prerrogativas de los trabajadores.
Muchos de los empresarios hicieron grandes fortunas,
gracias y mediante la estafa a estos trabajadores extranjeros, que además y en
su mayoría no están alfabetizados como debería ser, esto no significa que por
tal condición tengan que ser hurtados de sus fuerzas físicas, hoy estos vegetan
por los campos y bateyes engañados por quienes debieron protegerles.
Hoy por hoy existe un problema mayor y se trata del
cobro de peaje por parte del personal
celador fronterizo, porque ya no solo el Masacre se cruza a pies, sino que el
mismo, no deja de ser un negocio lucrativo, dado a que estos infelices pagan
cuantiosa suma de dinero por la travesía fronteriza, quienes luego son
delatados, capturados y devueltos a su país, con la finalidad de que vuelvan a
pagar por un nuevo intento.
Existe un mal de fondo, 1ro porque muchos de estos
ciudadanos entienden que parte del territorio dominicano forma parte de Haití
basándose a que fueron engañados territorialmente durante la firma del tratado
de Aranjuez.
2do. Porque para muchos de ellos solo fuera de Haití
pueden buscar medios de subsistencia, debido a la falta de labores donde
ganarse la vida y con el agravante del terremoto acontecido hace 5 años con
saldo de cientos de miles muertos y millones de ciudadanos quedaron al
intemperie, mayoría que hasta la fecha no han podido resolver la situación, ya
que la organización y coordinación de las ayudas internacionales quedaron en
manos de instituciones del gobierno dominicano y como tal al parecer las mismas
se perdieron mediantes canales oscuros.
Lo cierto es que durante los gobiernos del Partido de
la Liberación Dominicana se ha permitido la haitianización del país, porque
sectores se benefician en gran medida
con el tráfico de haitianos ilegales, ciudadanos que luego son deportados en
condiciones infrahumana, situación ésta que en los países civilizados no se
permiten ni siquiera el transporte de los cerdos cuando son llevados al
matadero.
Cuando el patricio Juan Pablo Duarte, fundó la
Sociedad la Trinitaria lo hizo para luchar contra la dominación haitiana la que
partir del año 1844 se llamó República
Dominicana, quien anheló que su patria fuese libre é independiente de toda
potencia extranjera, pero jamás sus pretensiones fueron basadas en el abuso de
estos ciudadanos que buscan un mejor medio de vida, situación que puede
culminar de mala manera, porque el gobierno dominicano no ha sabido manejar el
asunto, tanto en el orden económico y mucho menos en cuanto a la aplicación de
la diplomacia.
No hay que sumarse a los falsos nacionalistas del
país, tampoco cerrar los ojos ante la situación que vive la nación.
OH! Juan Pablo Duarte, si estuviere vivo al cumplirse
tu natalicio, te moriría de pena una vez más
si viera como los políticos de tu patria se han burlados de tu legado y
lucha cuando la forjaste.
La autora es periodista
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