Himno a la Patria

sábado, 24 de enero de 2015

¿Qué diría Juan Pablo Duarte?

              Opinión
      Organizando Ideas


          Olga Capellán.




                   

UNIÒN EUROPEA.-  El problema de los haitianos ilegales se ha convertido en un negocio redondo para determinados sectores del país, para nadie es un secreto que con el mismo son muchos los que se lucran con el sufrir de esta gente, porque en realidad  a nadie le importa el dolor ajeno, sino cuánto dinero se echan en los bolsillos.

Según informaciones publicadas en varios medios de prensa en lo que va de año más de 17 haitianos han sido deportados a su país desde la República Dominicana, a pesar de que el presidente Danilo Medina, con su Ley 169-14 había pedido a las autoridades de migración paralizar las deportaciones y hasta que se aclarase el impase provocado por la Junta Central Electoral, que dejó a varios cientos de miles de ciudadanos en condiciones de apátridas; siendo este un asunto de doble moral.
Es cierto que el gobierno central está en la obligación de parar el auge de entrada (haitianización) al país, pero no es menos cierto que el problema es un mal de fondo, provocado por el propio gobierno, los empresarios y los celadores fronterizos de manera directa o indirectamente, debido al mal manejo que hasta la fecha han dado al asunto y por lo visto no existe interés de resolverlo, justamente por los cuantiosos beneficios percibidos por todos estos sectores participantes.
El gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, fue el primero en comenzar con la importación de manos de obras haitianas para el corte de la caña a través del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) al contratar a estos trabajadores para suplir la falta de obreros nacionales, no solo porque el dominicano no se dedica al corte de caña, sino porque además de los bajos salarios pagados a estos trabajadores que muchas veces laboran en condiciones inhumanas de sol a sol, a estos se les engañan a la hora de la facturación laboral, lo que no podrían hacer con los obreros dominicanos.

Es tan así que muchos obreros haitianos que trabajaron durante más de 50 años en los campos cañeros, hoy languidecen sin ningún tipo de prestaciones laborales, es decir: sin pensiones, seguro médico y otros beneficios propios, prerrogativas de los trabajadores.

Muchos de los empresarios hicieron grandes fortunas, gracias y mediante la estafa a estos trabajadores extranjeros, que además y en su mayoría no están alfabetizados como debería ser, esto no significa que por tal condición tengan que ser hurtados de sus fuerzas físicas, hoy estos vegetan por los campos y bateyes engañados por quienes debieron protegerles.

Hoy por hoy existe un problema mayor y se trata del cobro de peaje  por parte del personal celador fronterizo, porque ya no solo el Masacre se cruza a pies, sino que el mismo, no deja de ser un negocio lucrativo, dado a que estos infelices pagan cuantiosa suma de dinero por la travesía fronteriza, quienes luego son delatados, capturados y devueltos a su país, con la finalidad de que vuelvan a pagar por un nuevo intento.

Existe un mal de fondo, 1ro porque muchos de estos ciudadanos entienden que parte del territorio dominicano forma parte de Haití basándose a que fueron engañados territorialmente durante la firma del tratado de Aranjuez.

2do. Porque para muchos de ellos solo fuera de Haití pueden buscar medios de subsistencia, debido a la falta de labores donde ganarse la vida y con el agravante del terremoto acontecido hace 5 años con saldo de cientos de miles muertos y millones de ciudadanos quedaron al intemperie, mayoría que hasta la fecha no han podido resolver la situación, ya que la organización y coordinación de las ayudas internacionales quedaron en manos de instituciones del gobierno dominicano y como tal al parecer las mismas se perdieron mediantes canales oscuros.

Lo cierto es que durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana se ha permitido la haitianización del país, porque sectores  se benefician en gran medida con el tráfico de haitianos ilegales, ciudadanos que luego son deportados en condiciones infrahumana, situación ésta que en los países civilizados no se permiten ni siquiera el transporte de los cerdos cuando son llevados al matadero.  

Cuando el patricio Juan Pablo Duarte, fundó la Sociedad la Trinitaria lo hizo para luchar contra la dominación haitiana la que  partir del año 1844 se llamó República Dominicana, quien anheló que su patria fuese libre é independiente de toda potencia extranjera, pero jamás sus pretensiones fueron basadas en el abuso de estos ciudadanos que buscan un mejor medio de vida, situación que puede culminar de mala manera, porque el gobierno dominicano no ha sabido manejar el asunto, tanto en el orden económico y mucho menos en cuanto a la aplicación de la diplomacia.
No hay que sumarse a los falsos nacionalistas del país, tampoco cerrar los ojos ante la situación que vive la nación.

OH! Juan Pablo Duarte, si estuviere vivo al cumplirse tu natalicio, te moriría de pena una vez más  si viera como los políticos de tu patria se han burlados de tu legado y lucha cuando la forjaste.



La autora es periodista


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