Lic. Olga Capellán.-
Luego de tres largos días de tristeza por la partida
de una gran dama, decido escribir un par de líneas por un persona afable,
cariñosa, buena hija, esposa, madre, amiga
y sobre todo: la mejor abuela que haya nacido en este pedacito de
tierra, es decir un gran ser humano.
Se trata de Doña María Abreu viuda Mejía, quien se fue
de entre nosotros el pasado lunes día 30 de Junio y con su partida enluta a
toda su familia, especialmente a su hijos
José Miguel y Cándida, así como también a sus nietos, siendo ellos:
Miguel Amaurys, Fernando Miguel, Álvaro y Glory y a su biznieto Miguel Saúl,
además de otros familiares cercanos a quienes extendemos nuestra más sentidas
condolencias.
Su partida no nos sorprendió, debido a su larga
enfermedad, sin embargo dejó un gran vacío para nosotros y para todo aquel que le conoció, pues fue una
mujer de temple y de grandes valores, dignos de imitación, siempre puesta a
ayudar a quienes lo necesitase, alegre y jovial, además siempre estuvo en su
labio una palabra de sabiduría para dar un buen consejo, por eso Doña María tu
estuviste entre los mejores seres humano de este mundo.
Es por esta y otras razones te estamos agradecidos
tanto Miguel Amaurys como yo en lo particular por todo lo que hiciste por él, razón
por el cual siempre elevaremos una plegaria al cielo para que el todo creador
te tenga un lugar allá al lado de los ángeles celestiales, para que desde allí
convertida en uno de ellos puedas cuidar y velar de tu familia hasta el nuevo
encuentro.
Perdóneme, pero no tengo palabras para decir lo que
siento al no poder acompañarte hasta tu última morada
Doña María Abreu viuda Mejía, descansa en paz y que la
gloria eterna te acompañe para siempre, amén.
La autora, es periodista
La autora, es periodista
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