Lic. Olga Capellán.-
Sabíamos que en
la República Dominicana se había perdido
el respeto a los demás, pero que dicha acción tocase fondo, eso nunca
pudimos imaginarlo y es que ya la situación raya hasta el descaro y no
es para menos.
En este país se ha implementado la Ley del más fuerte,
y eso es a todos los niveles, y dicen muchos que lo peor no ha pasado, y
entonces: ¿Qué será de nuestra gente, nuestras familias y otros allegados? ¿Qué pasará con los ingenuos, con aquellas
personas que aún no tienen malicias? Y es que esta media isla se ha convertido
en tierra de nadie, donde se vive peor que en los tiempos de El Western, donde
gran parte de los hombres se comportan como Concho Primo y las mujeres como
champaneras y en definitiva ¿Qué es lo que nos espera?
La existencia del sicariato ya es una realidad en todo
el país y de manera oficial, hasta el colmo de aplicarse hasta contra los
propios paganos de una misma congregación, una muestra ha sido el caso del
asesinato del edil de Bayaguana, aunque el imputado de los hechos niega tener
participación en el caso, pero ya la duda quedó.
No es que sea cierto, pero de serlo, nos encontramos
con un caso más grave de lo esperado, pues cuando los sicarios actúan en contra
de sus propios compañeros o aliados de su partido; que además son los mismos que están en el gobierno, dirigiendo los
asuntos de Estado, entonces es para tener miedo, o mejor decir: esto da grima.
Los peledeístas y su gobierno dicen seguir la doctrina
del profesor Juan Bosch, (acaso estaba eso en el libreto) por un lado el
presidente de la república Ing. Danilo Medina, dice haber reducido al mínimo el
nivel de pobreza en todo el país, parece mentira, pues la tijera entre la clase
pobre y la rica se abre cada día aún más, y la pobreza se refleja en el mayor
sentido de la palabra, ya que el pan de cada día se aleja más a los padres de
familias.- Verdaderamente el presidente Medina redujo la pobreza, solo habría
de preguntarse ¿En cuál planeta logró hacerlo?
Los productos de primera necesidad de la canasta
familiar no son asequibles, mientras un 57% de la población del país carece de
trabajo formal y el otro 43% en su mayoría no deviene salarios decentes para
poder vivir cómodamente, con la excepción de un grupito que lo tiene todo y los
depredadores del Erario Público que se han apropiado de todo el país.
Un caso curioso lo es el habitacional, donde millones
de ciudadanos no poseen un techo propio donde vivir, mientras otros son
propietarios de centenares de viviendas, el cual especulan con los alquileres,
debido a que el Estado dominicano no
tiene control del mismo.- Los alquileres se han convertido en el verdadero dolor
de cabeza de los padres o cabezas de
familias y aún peor: en las principales zonas de la ciudad solo se alquila a
precio de dólares o su equivalente, pero en altas sumas.
La delincuencia está acabando en todo el país, pero
¿quién prohíbe a un padre de familia que además está desempleado buscar el sustento de sus hijos de la manera
que fuese? Aunque no justificable, lo cierto es que en este país hace falta
crear verdaderas fuentes de trabajo para combatir el flagelo, el gobierno
inaugura decenas de escuelas cada Més, pero falta el nombramiento de profesores
y los que ya existen están muy mal pagados.
El sicariato se ha convertido en la industria más
prospera de la nación, por eso podemos encontrar sicarios a cualquier precio y de
todas las edades y ¿quién parará esto si ya se está oficializando? Y no nos
sorprendamos, porque en cualquier momento el descaro puede tocar cualquier
puerta de la casa y, que alguien me explique donde está el “progreso” del país.
Que Dios bendiga, se apiade y proteja a todo el pueblo
dominicano.
La autora, es
periodista
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