Lic. Olga Capellán
Este día 12 de Enero se cumple un aniversario más del
vil asesinato del grupo “Los Palmeros”, un motivo para que las personas
sensatas, los grupos revolucionarios, familiares, camaradas, amigos y
relacionados honren la memoria de Amaury Germán
Aristy, Virgilio Perdomo Pérez,
Bienvenido Leal Prandy y Ulises Cerón Polanco, esas cuatro glorias nacionales
que se enfrentaron a batallones criminales del régimen del Dr. Joaquín Balaguer,
cuando creyendo luchar por un mejor bienestar a favor de su país y de su gente.
Cuando se habla de estos valientes jóvenes debemos
quitarnos el sombrero, pues después del comandante Francisco Alberto Caamaño
Deñó, fueron los que más se parecieron a la organización La Trinitaria, fundada
por Juan Pablo Duarte, principal padre de la patria dominicana.
Amaury, Virgilio, Bienvenido y Ulises, estos cuatro
nombres deberían ser sagrados ante los verdaderos revolucionarios y no deben
ser tomados en vano en boca de falsos profetas u pseudos izquierdistas que
desdeñan el poder gubernamental producto de la herencia del régimen opresor balaguerista,
quienes arrancaron sus vidas por miedo o por ignorancia y con este horrendo
hecho mataron también la esperanza de todo el pueblo.
No basta con rendir honores a los mártires de la cueva
de Las Américas, mientras se disfruta del bienestar del poder contra el cual
Los Palmeros lucharon hasta que perdieron sus vidas, eso sí, con honor y
gallardía.
Podrán designar calles, palacetes, comandancias, etc.
etc. con los nombres de estos mártires, pero de nada valdría porque el pueblo
dominicano sigue sufriendo la opresión del régimen presidido por el Partido de
la Liberación Dominicana y sus aliados, heredado del balaguerato, aun peor que
en aquellos tiempos, con más hambres, la falta de educación y salud es mayor,
por la violencia
que se practica contra la familia a través de los altos
precios en la canasta de consumo diario, por el alto tráfico y consumo de
droga, el vandalismo y la criminalidad que azota a todo el país y la falta de
justicia social, contrario al sueño de estos cuatro valientes jóvenes que lo
dieron todo a cambio de nada, es decir: el pueblo dominicano está condenado a
sufrir los infundios de un gobierno que solo conoce y aplica la violencia contra
él.
A los palmeros los recordaremos siempre con ideas revolucionarias y combatiremos a
aquellos falsos profetas que solo cogen tu nombre para practicar políticas
baratas, mientras desdeñan el Erario Público, porque tu Amaury y tus camaradas
estarán iluminados por siempre, tú que supiste luchar de pies ante que morir de
rodillas, pero con una estrella en la frente.
La autora,es periodista
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