Himno a la Patria

sábado, 20 de septiembre de 2025

BALAGUER ENTRA A LA DEMOCRACIA CRISTIANA

 


 Sebastián del Pilar Sánchez

 El sábado 2 de junio de 1984, a solicitud del expresidente de la República, doctor Joaquín Balaguer, la asamblea extraordinaria de su Partido Reformista aceptó a unanimidad la absorción del Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), mediante un acuerdo de fusión que le permitiría asumir los principios de la democracia cristiana internacional desde una nueva entidad con bandera de color rojo bermellón y los símbolos del machete verde, el gallo colorao y el lema “Ni injusticia ni privilegios”.

 

Era la primera vez que una agrupación política absorbía a otra de más larga trayectoria democrática y modificaba su nombre para llamarse Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que trabajaría -según se dijo- “por la transformación de nuestra sociedad tradicional en una sociedad comunitaria”.

 

Hasta ese momento, los reformistas habían mostrado una actitud conservadora, discrepante del carácter progresista de la doctrina demócrata cristiana y otras corrientes ideológicas prevalecientes en la sociedad, aunque como Gobierno, sostuvieron una práctica liberal en materia de cooperativismo y tenencia de tierra que estimuló el incremento de las organizaciones mutualistas y la profundización de la reforma agraria con enfático respaldo del Partido Comunista Dominicano (PCD).

 

La absorción del antiguo PRSC no sería una acción improvisada, pues había sido analizada durante largo tiempo y se implementaría con la incorporación de sus dirigentes al directorio central ejecutivo del nuevo organismo, ostentando sus antiguos rangos y mandos, para impulsar un proceso de ideologización de la militancia según lo acordado el 15 de abril de ese año, por su convención nacional, conducida por el doctor Isidoro Acosta García.

                                                  

Esa transformación había sido estimulada por el presidente de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), doctor Ricardo Arias Calderón (de Panamá); el secretario general de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), doctor Arístides Calvani Silva (excanciller de Venezuela), y por el representante en la República Dominicana del Instituto de Solidaridad Internacional (de la Fundación Konrad Adenauer de Alemania), doctor Jochen Schmitz.

 

La posibilidad de que el balaguerismo adoptara los principios y valores de la democracia cristiana había sido sopesada en artículos de prensa por algunos columnistas que ventilaban con suspicacia extrema la ganancia política que estaría obteniendo el oficialista Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de sus relaciones con numerosos estadistas y organizaciones extranjeras tras ingresar a la Internacional Socialista en 1976.

 

Ese propósito se importantizó bastante después de la crisis política generada por los sangrientos sucesos de abril de 1984 y de la utilidad que sacó de esa poblada el reformismo opositor para promover la edificación urgente de “un partido nuevo, orquestado y bien organizado”; mejorar la imagen de estadista de su líder y posicionarlo como indudable alternativa de solución a los problemas nacionales.

 

Se estaría creando de esa manera una maquinaria política con profesionales y técnicos en capacidad de realizar actividades electorales integradas a la lucha por la reconquista del poder en 1986, para la reestructuración y modernización económica del país de acuerdo con los requerimientos de cambios de la sociedad dominicana.

 

Nexos de los socialcristianos

 

La primera reunión relevante entre el presidente Balaguer y los dirigentes del partido del machete verde se efectuó discretamente en febrero de 1967, en la sede de la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede en Santo Domingo, organizada por el nuncio papal, monseñor Emmanuel Clarizio, para analizar el impacto de la transgresión de los derechos ciudadanos y la violencia social en el país, según reveló el secretario general de esa entidad política, ingeniero Caonabo Javier Castillo.

 

Allí se abordaron además los temas de las cuotas obligatorias cobradas en las instituciones del Estado para aumentar los fondos del partido oficialista y los aportes de los socialcristianos a la consolidación del sistema democrático con la aplicación de una línea política opositora propositiva, de aliento a la capacidad creativa de sus técnicos en funciones públicas y de investigación a fondo de los problemas sociales y económicos importantes.

 

Esa estrategia estuvo vigente hasta poco después de las elecciones de 1970, cuando el PRSC declinó la invitación a participar en el gobierno para dirigir la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC) y el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP), pese a recibir la promesa de que se crearía y pondría en sus manos una Secretaría de Estado de Promoción Popular y Fomento Cooperativo.

 

Ese partido se distanció de Balaguer en la gestión del exsacerdote Rogelio Asdrúbal Delgado Bogaert, quien se sumó al Acuerdo de Santiago, una coalición cuatripartita creada el viernes 28 de diciembre de 1973 para tratar de impedir la segunda reelección consecutiva del caudillo de Navarrete y que, tras fallar en ese objetivo, intentó impugnar jurídicamente los resultados dados a conocer por la Junta Central Electoral.

 

Esa situación fue aprovechada por el reelecto mandatario para reanudar sus relaciones con los dirigentes históricos del PRSC que reconocieron la legitimidad de su elección y deseaban colaborar con su tercera gestión gubernamental consecutiva, logrando que, a finales de 1974, se llevaran a cabo acciones a favor de la reducción drástica del poder de decisión de la cúpula de esa entidad política.

 

Como resultado de ello, se designó por decreto -el 1ro. de enero de 1975- al ingeniero petromacorisano Guillermo Caram Herrera, como asesor del Poder Ejecutivo en Planificación y a los doctores Alfonso Moreno Martínez, José Abigail Cruz Infante y Guido D'Alessandro Tavárez, en los cargos de embajador de la República Dominicana ante las Naciones Unidas, administrador de Seguros San Rafael y miembro de la Comisión para la Aplicación de las Leyes Agrarias.

 

Reencuentro con Balaguer

 

Luego de los referidos comicios los desacuerdos afectaron en su cúpula al PRSC, que se debilitó tres años más tarde por la partida de los exsecretarios generales Guido D'Alessandro y Caonabo Javier Castillo, quienes renunciaron el sábado 10 de enero de 1977 para ocupar la presidencia y la secretaría general del recién fundado Movimiento de Acción Socialcristiana (MAS), que se convertiría en firme aliado del doctor Balaguer en las elecciones de 1978 y 1982.

 

Los dos fueron electos -en ambas ocasiones- diputados por el Distrito Nacional y la provincia Duarte en la boleta del Partido Reformista, para ejecutar con soltura un trabajo político en el plano local, en compañía del también congresista Luis Henry Molina Peña, que posibilito además su extensión al exterior y la ampliación de sus vínculos con los líderes de la democracia cristiana, a fin de favorecer la causa política del doctor Balaguer y dotar a su partido de una plataforma doctrinal que reforzaría la lucha por su retorno al poder.

 

La actividad de esos dirigentes fue animada por el expresidente de Venezuela doctor Rafael Antonio Caldera Rodríguez, quien en 1979 visitó el país y se reunió durante la mañana del martes 9 de octubre con el líder reformista, en su residencia de la avenida Máximo Gómez No. 25, en el Distrito Nacional, para tratar el tema de la ideologización de su partido y la creación de una escuela de cuadros para preparar a sus seguidores con programas de crecimiento electoral.

 

Por ese motivo, a principios de abril de 1980, en un recorrido por el municipio de Gaspar Hernández, Balaguer habló sobre la necesidad de imprimir vigor ideológico y purificar la estructura orgánica del Partido Reformista, apartando de sus filas a figuras objetables como atractivo para sumar gente de reconocida autoridad moral interesada en participar en un futuro gobierno sin los funcionarios impopulares y antipáticos del pasado.

 

A raíz de ese planteamiento, se escogió al licenciado Joaquín Ricardo García como secretario político de esa organización y se renovó su directorio central ejecutivo, con la incorporación de los jóvenes empresarios Jacinto Peynado Garrigosa, Virgilio Augusto -Billy- Álvarez Bonilla y otras personalidades que se hicieron responsables de las actividades de crecimiento electoral en el Distrito Nacional.

 

Además, se inauguró -el jueves 14 de mayo de 1981- el Instituto de Formación Política que ofrecería cursos sobre opinión pública, propaganda, sindicalismo obrero y técnicas electorales para capacitar y convertir en eficientes delegados ante las mesas de votaciones a alrededor de cincuenta mil militantes.

 

La conductora de esa institución fue la reconocida profesora Margarita Páez de Abreu, antigua directora del Liceo Víctor Estrella Liz (Perito), contando con el asesoramiento del Instituto de Solidaridad Internacional y el apoyo de un cuerpo docente de diez profesores, entre los que figuraba el exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), doctor Julio César Castaños Espaillat.

 

En el acto de apertura, celebrado en el hotel Plaza de la capital en la fecha señalada, el doctor Balaguer justificó la transformación del Partido Reformista y la añadidura a su nombre del término “Social Cristiano”, con las siguientes palabras: “Caminamos hacia nuestra incorporación a la plataforma de los principios de la Demócrata Cristiana. Casi todos los partidos demócratas-cristianos, no sólo en la América Latina, sino en la mayoría de los países del mundo, han participado en la vida política de sus respectivos países, antes de organizarse como tales, con otras denominaciones”.

 

Citó a los partidos Demócrata Cristiano de Uruguay y Demócrata Cristiano de Chile, como ejemplos de quienes en sus inicios -en 1912 y 1957- empezaron denominándose “Unión Cívica” y “Falange Nacional” (luego “Federación Socialista Cristiana”). También al COPEI de Venezuela, partido que comenzó actuando con el nombre de “Comité de Organización Política Electoral Independiente” y logró transformarse en propulsor principal del socialcristianismo en todos los países latinoamericanos.

 

La fusión de la buena suerte

 

La fusión entre el Partido Reformista y el viejo PRSC fue precedida de un intento de alianza electoral entre ambas organizaciones antes de las elecciones de 1982, que se frustró a consecuencia del compromiso que había contraído el doctor Balaguer con la dirigencia de su partido para escoger en una asamblea democrática a un dirigente de esa entidad como su compañero de boleta, contrariando las aspiraciones de la Unión Nacional Socialcristiana (que agrupaba al PRSC y al MAS) y el Movimiento de Integración Democrática (MIDA), que promovían la figura del exvicepresidente Francisco Augusto Lora González y la del exrector de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), doctor Juan Tomás Mejía Feliú.

 

Fue después de los comicios que favorecieron al PRD y a su candidato presidencial, doctor Salvador Jorge Blanco, que se iniciaron las conversaciones entre el doctor Balaguer y el presidente del PRSC, doctor Jorge Alfonso Lockward Pérez para concretar, en el marco de la legislación electoral dominicana, la fusión planteada, seguida de cerca por la democracia cristiana internacional. 

 

El principal beneficiario de esa fusión resultó ser el doctor Balaguer que mejoró su imagen política, pudo regresar al poder en 1986 -pese a estar casi ciego y con 80 años a cuestas- y realizar por primera vez un gobierno ceñido a los principios democráticos, distinto al de los doce años.

 

Los socialcristianos también se beneficiaron del poder ya que ocuparon cargos de mucha importancia durante los diez años de gobierno del doctor Balaguer, pues recordamos al ingeniero Caram como secretario técnico de la Presidencia y gobernador del Banco Central; a Caonabo Javier dirigiendo el Instituto Nacional de Auxilios y Viviendas, la desaparecida Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE) y el Banco de Reservas; a Mario Read Vittini siendo consultor jurídico del Poder Ejecutivo y a Teófilo Quico Tabar en la Dirección General de Aduanas.

La afiliación de los reformistas a la democracia cristiana se formalizaría en septiembre de 1984 en un acto protocolar realizado en el país al que asistieron, entre otros, los presidentes de la ODCA y la Fundación Konrad Adenauer, doctores Andrés Zaldívar Larraín, de Chile y Bruno Heck, de Alemania.



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