Por Alexander Olivence G.
En estos tiempos de incertidumbre y desafío, cuando nuestra patria clama por firmeza y determinación, emerge una voz que nos insta a la prudencia. Sin embargo, esta prudencia, si mal interpretada, no es más que una excusa para la inacción, un refugio para los cobardes y los beneficiarios de un sistema que disfraza la explotación bajo el manto del progreso. Estas voces, que parecen emanar de quienes buscan diluir nuestra identidad nacional, no deben ser escuchadas.
No debemos engañarnos. Detrás de cada llamado a la moderación se esconde un interés más oscuro: el de una izquierda fracasada y holgazana, reciclada en un progresismo que no es más que un disfraz para los mercaderes de la miseria. Son los mismos que han entregado naciones enteras a poderes foráneos, hipócritas que viven de las ONG mientras condenan al pueblo a la indefensión.
Nuestra Constitución es clara: la soberanía no se negocia, no se regala, ni se somete a intereses externos. Es un deber patriótico defenderla, no solo con palabras, sino con acciones. Es momento de alzar la voz, de llenar las calles con nuestra determinación y fuerza, recordando que la patria es primero.
República Dominicana pertenece a los dominicanos, y nadie podrá arrebatar nuestro derecho a defenderla. ¡Marchemos hoy, porque mañana será tarde! Juntos, podemos construir un futuro donde nuestra soberanía y dignidad sean respetadas. Es hora de actuar, de demostrar que somos un pueblo unido, decidido a proteger lo que es nuestro.
Contexto y Desafíos Actuales
En los últimos años, la República Dominicana ha enfrentado desafíos significativos que ponen en riesgo nuestra soberanía. Políticas económicas que favorecen intereses extranjeros, tensiones con vecinos como Haití, y una creciente influencia de organizaciones internacionales que parecen más interesadas en imponer agendas que en respetar nuestra autonomía.
Estos desafíos no son nuevos, pero en la actualidad, con la globalización y la interdependencia económica, son más complejos y urgentes. Es fundamental que como pueblo, entendamos que nuestra soberanía no es negociable y que cualquier compromiso con intereses externos es una traición a nuestra nación.
Crítica a los Grupos y Tendencias Problemáticas
En este contexto, es crucial analizar las posturas y acciones de ciertos grupos que, en lugar de defender la soberanía, parecen colaborar con fuerzas que la amenazan. Los pro-Haitianos, los oportunistas que viven de la mano de obra precarizada, y los globalistas de pacotilla que buscan diluir nuestra identidad nacional, son ejemplos de esta problemática.
Estos grupos, bajo el disfraz de progresismo, promueven agendas que no solo no benefician a nuestro pueblo, sino que lo debilitan. Su hipocresía está en vivir de las ONG mientras condenan al pueblo a la indefensión, en promover políticas que favorecen a intereses externos en detrimento de los dominicanos.
El Marco Legal y los Deberes Patrióticos
Nuestra Constitución es el fundamento de nuestra soberanía. Es un documento que establece claramente los límites y los deberes de los ciudadanos y del gobierno en la defensa de la nación. Defender la Constitución no es solo un derecho, es una obligación.
Como ciudadanos, tenemos el deber de velar por que nuestras instituciones cumplan con su propósito de proteger la soberanía y el bienestar del pueblo. El gobierno, por su parte, debe actuar con firmeza y responsabilidad, asegurándose de que las políticas y acuerdos internacionales no comprometan nuestra independencia.
Un Llamado a la Acción
En estos tiempos de crisis, no podemos permitirnos el lujo de la inacción. La hora de marchar ha llegado. Es momento de unirnos, de mostrar al mundo que los dominicanos estamos decididos a defender nuestra patria, nuestra identidad, y nuestra dignidad.
¡Marchemos hoy porque mañana puede ser tarde! Juntos, podemos construir un futuro donde la soberanía de la República Dominicana no solo se respete, sino que se imponga como un pilar fundamental de nuestra nación. Es hora de actuar, de demostrar que somos un pueblo unido, decidido a proteger lo que es nuestro.
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