Por Julian Padilla
Con la marcha de Friusa, se escribe un nuevo capítulo en la historia republicana y nacional dominicana. El pueblo decidido a no permitir mas incompetencias de los gobiernos de turno y de nuestras contra pueblo, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, ha dado un paso al frente y podría ser un punto de inflexión, es decir, un punto de no retorno.
Tal vez si, tal vez no exista un interés político, e incluso una contra corriente también desestabilizadora. Cuando hablo de contra corriente, me refiero a los tentáculos que de repente siguen vivos de lo denunciado por Trump y la USAID.
Sin embargo el interés por el poder es mercenario y la capacidad conspirativa de algunos sectores de la política, entre los cuales esta, los que nunca llegan y que alientan una resistencia que ya no será pacifica, no dan la cara, ni marchan el día 30 de marzo a Friusa.
Por esta razón, mi llamado a los con ciudadanos que marchan decididamente el día 30 de marzo mis deseos es: que se manejen con civismo, que no abusen de su derecho a la protesta y a marchar libremente, que no respondan a las agresiones verbales que las habrá y que no inicien confrontaciones físicas, verbales que podrían terminar en violencia y en la confusión, muertos rojos y amarillos.
Sin embargo, la demostración es paradigmática, es bienvenida, necesaria, urgente, plausible y sobre todo con sentimientos patrióticos.
Esta marcha, es un llamado urgente de atención a las mismas Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, ya que el pueblo dominicano cambió, es otro pueblo, y “así como aquel dominicano tenía en sus manos una piedra para combatir contra la bayoneta de un invasor gringo en la revolución de abril”, también lo hará hasta con un tira piedras, contra quien sea que nos invada o quienes localmente traicionen la patria.
Ciertamente esperamos que no pase como marcha verde, que comenzó con un corazón sano, y término totalmente politizada y finalmente involucrada en los escándalos denunciados recientemente de USAID.
Los activistas que hasta ahora han mostrado entereza y un discurso coherente, que no se inclinen a buscar candidaturas y a participar en la misma carrera en la que participan los traidores y detractores de la Patria. Que prosigan su activismo patriótico, que no dejen de exhibir la bandera tricolor por todo lo alto y de exigir el respeto a nuestra soberanía, dominicanidad y derechos fundamentales.
Que el grito de Patria o Muerte, endosado de movimientos de izquierda y que se utilizaron en la revolución cubana, no se asuma como el estandarte vital en este momento de la historia. Porque hacer patria en la nación dominicana, es mucho pero mucho más que marchar a Friusa, y mucho pero mucho más que lograr que se llegue al extremo de un desalojo total.
Hay muchas aristas que se relacionan con el nacionalismo y patriotismo, no solo la parte migratoria o de la denominada invasión de barrigas o proliferación masiva de indocumentados.
Por eso también hay muchas formas de traición a la patria. Traicionamos la patria con contratos onerosos como los firmados para ceder el importante mineral, nuestro oro, a manos extranjeras. O ahora podríamos traicionar la patria si el pueblo no abre los ojos, cediendo las tierras raras, el litio, el petróleo si fuere comercializable a intereses foráneos y que hace de nosotros más siervos del imperio y menos país.
Pero seguimos traicionando la patria de Duarte, cuando no imitamos su ejemplo y en lugar de rendir cuentas hasta el último centavo, nos hacemos ricos usando el dinero del pueblo y fomentamos los vicios y la corrupción desde la misma silla de alfileres.
Y no somos nacionalistas ni patriotas, cuando solo nos preocupamos por nuestros amigos, utilizamos el nepotismo, el enriquecimiento ilícito, o usamos el poder para fomentar el narco tráfico, el crimen organizado y el lavado de activos.
O cuando usamos el poder para crecer en riquezas y utilizando a testaferros, mas luego con la inmunidad legislativa todo quedar resuelto cada cuatro años.
Y no hacemos patria cuando siendo uniformados de cualquier rango y en lugar de dar el ejemplo, nos involucramos en crímenes atroces y salimos diariamente a hacer fechorías, a arrancar la comida de la boca del trabajador o a maltratar a los ciudadanos.
Y no hacemos patria, cuando intentamos implementar medidas que hieren el sentimiento familiar y la paz del corazón del pueblo dominicano. Y no hacemos patria cuando fomentamos anti valores, y nos burlamos de la ética, la corrupción y lo correcto, en nuestros videos, publicaciones, y desde nuestra silla de poder.
Y puedo citar más ejemplos de cómo hacer o no hacer patria, aunque no niego, y no se puede negar, que tenemos un ejemplo paradigmático y un punto de inflexión en la marcha de Friusa.
Esta marcha es ya una alerta a los destructores de la nación, para se entienda claramente que no se está solo, y que el Soberano Mandante, el pueblo dominicano esta alerta y ya no retrocederá un paso atrás.
No es posible tocar ya el tambor de retirada, como declaro el general de Palo Hincado y dar un paso atrás, en esta guerra abierta contra la destrucción de nuestra soberanía. Y como un pueblo fundamentalmente creyente y que conoce los pensamientos del cristianismo, defenderá su bandera y su escudo, sino que no mirara hacia atrás luego de haber puesto la mano en el arado.
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