Paul Mathiasen
Uno de los eventos científicos más esperados por todos los países afectados por el COVID-19, es el anuncio de una vacuna capaz de hacer frente al virus.
Pasados ya aproximadamente ocho meses desde que se inició en China la enfermedad del coronavirus y su posterior expansión mundial, convirtiéndose en pandemia y rompiendo cualquier pronóstico sobre la limitada capacidad de contagio que se presumía tenía el virus en un principio, las esperanzas recaen en el desarrollo de la vacuna.
Pero, realmente, ¿cómo van las investigaciones y para cuándo se estima que haya una vacuna?
Se sabe hasta ahora que cerca 100 compañías de biotecnología e instituciones académicas de todo el mundo trabajan (algunas de manera individual, otras compartiendo sus avances) para encontrar una vacuna, según el COVID-19 Treatmente and Vaccine Tracker del Milken Institute; mientras que la Organización Mundial de la salud le está siguiendo la pista a unas 140 instituciones, pero hasta el momento aún no se ha alcanzado la inyección definitiva.
De acuerdo a la OMS, para el 21 de julio, ya hay 18 vacunas que están siendo probadas en seres humanos y de esas hay tres que están más avanzadas que son: la experimental Sinovac Biotech (China), la llamada ChAdOx1nCoV-19 de la Universidad de Oxford (Reino Unido), y la desarrollada por la compañía Moderna (Estados Unidos).
Previo a detallar cómo va el proceso de cada compañía, resulta necesario conocer cuáles son las fases que atraviesa una vacuna hasta ser aprobada.
De acuerdo a un nota publicada por The New York Times, la creación de una vacuna es un proceso que tiende a durar años de investigación y pruebas, pero dada la urgencia creada por el COVID-19, los procesos para su desarrollo se han acelerados.
No obstante, para poder ser aprobada, es necesario que atraviese tres fases, pero antes de ello se procede a lo que se conoce como “pruebas preclínicas” que es la administración de la misma a animales (usualmente a monos y ratones) que sirven como “conejillos de indias” y se observa si los protege o no del virus.
Pasada esta prueba, ocurra la fase I, que es denominada “pruebas de seguridad” en la cual se revisa si la vacuna desarrollada genera anticuerpos efectivos, su seguridad y dosis en un grupo de personas reducido.
En caso de que supere esta primera etapa, se pasa a la fase II llamada “pruebas ampliadas” que es donde se examina lo mismo, pero en cientos de adultos de distintas edades.
Ya si los resultados son positivos se procede a la fase III, calificada como “pruebas de eficacia”, que es donde se le coloca la vacuna a miles de personas y se compara su efectividad con un mismo número que recibe un placebo.
Superadas las tres fases, cada país revisa los resultados y decide si la autoriza para ser aplicada dentro de su territorio.
Retomando las tres vacunas más avanzadas, de acuerdo a una investigación publicada por la BBC, la primera de estas corresponde a la empresa china que anunció que su vacuna inició la fase III en julio y que los ensayos se están implementando en Brasil.
Un mes antes, la compañía había anunciado que durante las pruebas de las fases I y II, con unos 743 voluntarios, no había mostrado efectos adversos, y que la vacuna había provocado una respuesta inmunitaria.
Actualmente el ensayo de la vacuna se está realizando en Brasil, con la colaboración del Instituto Butantan, que es productor de vacunas, y que caso de que resulte segura y efectiva, esta entidad brasileña tendrá el derecho de producir 120 millones de dosis, según fuentes oficiales citadas por la BBC.
Moderna (EE.UU)
En el caso de la vacuna desarrollada por la compañía estadounidense Moderna, esta fue la primera empresa en probar la vacuna (en ese entonces llamada mRNA-1273) en humanos.
Según recogió la BBC en su nota, en mayo la compañía informó que la vacuna que estaba desarrollando “podía entrenar al sistema inmunitario para combatir al coronavirus”.
Asimismo, Moderno señaló encontraron “anticuerpos neutralizadores” del virus en las primeras ocho personas que participaron en el estudio destinado a evaluar la seguridad (fase I). Y dijeron también que la respuesta inmune había sido similar a la de las personas infectadas por el COVID-19.
Durante la prueba, la empresa especificó que aplicó una dosis baja, media o alta a los participantes, provocando esta última cantidad “más efectos colaterales”.
Sin embargo, a aquellos que se le aplicó la dosis más baja, produjeron un mismo nivel de anticuerpos detectado en personas recuperadas del COVID-19.
Mientras que los que tuvieron la dosis media tenían “significativamente más anticuerpos” que los pacientes recuperados.
La tercera de las vacunas con mayor avance, desarrollada por la Universidad de Oxford, anunció hace una semana, según la BBC, que inyección en la que trabaja demostró ser segura y que genera anticuerpo para combatir el COVID-19.
En ese sentido, calificaron el resultado de los ensayos en cerca de 1,000 personas de “muy prometedor”, pero indicaron que aún queda por demostrar su eficacia contra el virus en la siguiente fase.
Añadieron que, aunque no se registraron reacciones peligrosas a la vacuna, el 70 por ciento de las personas desarrolló fiebre o dolor de cabeza, síntomas que según los investigadores pueden tratarse con la medicación paracetamol.
Aunque los expertos coinciden en que se le está dando mucha prioridad al desarrollo de la vacuna y que avanza a una velocidad más rápida de lo habitual, aun no se tiene una fecha establecida para su llegada.
Normalmente, de acuerdo a diferentes opiniones recogidas de distintos expertos, las vacunas tienden a tomar décadas en desarrollarse, pero se espera que la del COVID-19 esté disponible para mediados del año 2021.
Es decir, podríamos esperar que dentro de un año o año y medio se puede volver a los que se consideraba como “la normalidad”.