Cultura es el conjunto de conocimientos, modos de vida, costumbres, y grado de desarrollo artístico, científico, e industrial de un grupo social o época, así lo define la Real Academia Española.

A través de la historia, los pueblos o grupos humanos que más se han desarrollado lo logran por el manejo meticuloso de los recursos que poseen, tratando de mantener como mayores estándares sus posiciones, ya sean bienes materiales alcanzados de diferentes maneras o patrimonios culturales, que los definen e identifican como comunidad desde sus orígenes.

En ocasiones algunos grupos reúnen a los miembros de mayor edad para resolver situaciones en que deben salir airosos, apelando al llamado consejo de ancianos, entendiendo que las personas de más edad por las experiencias pueden aportar mejores soluciones.

En la actualidad, época de votaciones, los candidatos de más relevancia para dirigir asuntos de esta naturaleza son los que han realizado estudios de antropología, psicología, filosofía, pedagogía, arte y otras disciplinas humanistas, deben ser favorecidos por la mayoría.

En la República Dominicana, país donde la democracia ha prevalecido desde el ajusticiamiento de Trujillo, existen estamentos que, aunque hayan cambiado de nombres, han dado formas a esos valores, aunque no siempre de las maneras más apropiadas.

Hoy contamos con el Ministerio de Cultura, institución que debe concentrar en la dirigencia a las personas con los más altos niveles de conocimientos para que podamos seguir avanzando en todos los órdenes, incluyendo la moral y el decoro.

La designación como ministro de Cultura de Roberto Ángel Salcedo, hijo de Roberto Salcedo, antiguo comediante de programas televisivos, llamado por sus colegas “El Blanquito de Bellas Artes”, quien fue posteriormente síndico del Distrito Nacional en períodos sucesivos, lo motivó, logrando el niño ser uno de los primeros infantes en tener un espacio televisivo, llamado “Las cosas de Robertico”.

Aunque en la infancia se destacó, en la adultez, no ha tenido relevancia como comediante, presentador, actor, director, productor, y guionista de películas, sus reiterados films duran en cartelera menos que una cucaracha en un gallinero.

¿Podría Roberto Ángel Salcedo, con esa trayectoria dirigir los destinos culturales de un país y entrar en sintonía con intelectuales: filósofos, escritores, poetas, artistas, críticos de arte… en un país que lucha por avanzar?

El presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, quien pretende dejar su nombre registrado como uno de los grandes estadistas dominicanos, no debe cometer tan craso error: “Cuando se mete la pata y se saca pronto se queda bien”, aconseja Tres Patines, gran comediante cubano.

Emito estas reflexiones, consciente de que en Quisqueya existe libertad de expresión deseando aportar mi granito de arena.